1995 – BMW 850 CSi de David Hockney (Gran Bretaña)
En 1995, BMW propuso al artista británico David Hockney engrosar la lista de Art Cars con una unidad del modelo más potente y tecnológico que por entonces comercializaba la marca bávara, el BMW 850 CSi.
David Hockney es uno de los artistas más importantes del “Pop Art” inglés, con clara influencia del expresionismo abstracto y también del cubismo picassiano. El tema habitual de su obra, tanto pictórica como fotográfica, está relacionado principalmente con el ser humano y su entorno, retratando paisajes naturales y elementos cotidianos, como piscinas, árboles o figuras de personas.
“Cuando BMW me dio la maqueta del coche, no hice más que mirar sus formas una y otra vez”, comentaba Hockney en el proceso de elaboración de su Art Car. “Finalmente, pensé que sería una buena idea mostrar el coche como si uno pudiera ver su interior”. En su diseño, Hockney nos muestra el BMW 850 CSi desde dentro hacia fuera. Con formas y colores representó sobre el capó partes de la mecánica (una especie de colectores de admisión), situó la silueta del conductor en la puerta izquierda y su perro salchicha se puede ver en los asientos traseros. El resto de aquella carrocería originalmente blanca refleja extractos de un paisaje abstracto que pone a prueba nuestra experiencia sensorial.
Tras varios meses de trabajo, el 20 de abril de 1995, Hockney ponía su firma sobre la carrocería del 850 CSi que había pintado, completando así la obra número catorce de la colección BMW Art Car. “El coche tiene unas líneas maravillosas que no he hecho más que seguir”, comentaba el artista tras confesar que había disfrutado mucho en la elaboración de su nuevo trabajo.
Cuando finalmente el proyecto “BMW M8” se quedó en el camino (del que se especulaba que tendría en torno a 550 CV), el 850 CSi se confirmó como el modelo más potente de la gama BMW, contando con todo lo que los sibaritas del automóvil podían exigir cuando apareció en el mercado en 1992.
Partiendo sobre el motor 5.0 V12 del 850i (300 CV), los especialistas de “M” incrementaron la cilindrada hasta 5,6 litros y realizaron las modificaciones pertinentes en la distribución y la alimentación para alcanzar una potencia de 380 CV. El 850 CSi recibía también discos de freno más grandes (con 345 mm de diámetro delante), retoques en la dirección, neumáticos más anchos (235/45 ZR17 delante y 265/40 ZR17 detrás) y suspensiones con amortiguadores y muelles adaptados a sus mayores prestaciones (que rebajaban la altura 15 mm). A nivel electrónico llevaba un control de tracción (ASC+T) para ayudar a domar la poderosa caballería (aunque era desconectable) y también tenía un botón que permitía al conductor seleccionar la respuesta del motor (EML), más deportiva o más suave. En el exterior se distinguía por sus faldones y paragolpes más prominentes, por los espejos retrovisores de corte deportivo (similares a los que llevaba el M3 E36) y por sus llantas de aleación forjadas de cinco radios. Pero, uno de sus elementos más especiales fue el denominado “eje trasero de cinemática activa” (AHK – Aktive Hinterachs Kinematik) que llevaron de serie todos los 850 CSi vendidos en Europa. Dicho sistema hidráulico aportaba a las ruedas traseras una leve capacidad de giro que permitía incrementar la estabilidad del coche y su agilidad de movimientos.
Con todo esto, el BMW 850 CSi aceleraba de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos, cubría el kilómetro desde parado en 24,7 segundos y tenía la velocidad máxima autolimitada por el fabricante a 250 km/h. Su generoso tamaño hacía también elevado su peso y todo esto influía directamente en el único aspecto claramente negativo de este coche: su enorme consumo (19,8 l/100 km de consumo homologado en ciudad).
BMW 850 CSi (E31)
Doce cilindros en V
Atmosférico
2 válvulas por cilindro
Un árbol de levas por bancada
Cilindrada: 5.576 cm3
Potencia: 380 CV a 5.300 rpm
Par: 550 Nm a 4.000 rpm
Cambio manual, de 6 marchas
Velocidad máxima: 250 km/h (autolimitada)
Peso: 1.865 Kg
Largo: 4.780 mm
Ancho: 1.855 mm
Alto: 1.340 mm