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Skoda Fabia RS 1.4 TSI DSG

Escrito por: Juan Francisco Calero - 21 noviembre 2011

Al volante

Las sensaciones que produce el Fabia RS cuando nos enfrentamos a una carretera de montaña con intenciones perversas son encontradas. Por un lado, tenemos un conjunto cambio/motor extraordinario para practicar una conducción deportiva, ya sea a través del modo automático “S”, que interpreta la conducción de forma que la mayoría de conductores irán sobrados a la hora de afrontar aceleraciones, frenadas y colocaciones, o en modo manual, a lo que nos ayudan unas levas en el volante opcionales que vienen de maravilla para sacar todo el jugo y disfrute al propulsor.

Una particularidad que marca y mucho el conjunto del Fabia es el calzado. Cuenta con unos neumáticos únicos y sin opciones de tamaño 205/40 R17, una combinación no muy habitual en automóviles de hoy en día, que tienden a ir sobrecalzados, con llantas o anchos excesivos. En este caso ocurre casi al contrario, para lo que corre el RS casi se echa de menos haber dado un salto en el escalón, y me quedo con la sensación de que un neumático en medida 215 podría haber ofrecido un plus de agarre a la salida de las curvas que le hubiera sentado bien. Porque lo menos equilibrado de este coche precisamente es que, al límite, tiene una clara tendencia a irse de morro. El Fabia RS, al igual que otros modelos del grupo, cuenta con el sistema de diferencial electrónico XDS, que es capaz de frenar una de las ruedas interiores si se detecta una pérdida de tracción en aceleración, actuando así a modo de autoblocante. En la práctica no he sido capaz de notar  la ayuda que proporciona este sistema a la hora de salir de los virajes, si bien, en general, la motricidad es adecuada.

El Fabia RS no es un coche que tenga una amortiguación especialmente dura para el nivel prestacional que tiene. Este hecho contrasta con la poca goma que hay entre el asfalto y la llanta. Con un perfil 40 transmite de forma seca las irregularidades del asfalto si pasamos por carreteras rotas. Así, nos encontramos con un caso no muy común, pero tampoco raro de ver, en el que una suspensión transmite con sequedad los baches al interior debido al poco perfil del conjunto llanta/rueda. El nivel de precisión de la dirección eléctrica es suficiente para una conducción dinámica, aunque se agradecería algo más de dureza y rapidez en conducción claramente decidida.

Así, nos encontramos con un perfil de rueda bastante radical, una amortiguación más bien blanda y unos neumáticos tirando a justos para asimilar la cantidad de potencia disponible en rueda. Con todo ello el Fabia RS tiene un paso por curva elevado y tranquilizador con buen asfalto y en carreteras abiertas, digiere mejor las curvas rápidas que las lentas, donde a la hora de sacar la quintaesencia de lo que lleva dentro los deslizamientos del morro, a mi juicio, son excesivos para que sea considerado un automóvil puramente deportivo, sin que el sistema XDS, ya sea por esa particularidad, ya sea porque falta goma, ya sea por ambas, no acaba de corregir la tendencia. Hay que tener en cuenta, y aquí puede estar la clave, que el Fabia RS tiene un peso declarado de casi 1.400 kilos con líquidos y conductor, no es precisamente una cifra brillante para un coche de su tamaño –Un Skoda Octavia RS DSG de 200 CV pesa 1.470 Kg-.

Los frenos del Fabia, con pinzas pintadas de rojo para la ocasión, son de discos ventilados delante y discos macizos detrás. Ofrecen una capacidad de detención suficiente, aunque no brillan especialmente en conducción intensiva, ni por resistencia a la fatiga ni por distancia de frenada.