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Opel Corsa OPC Nürburgring Edition

Escrito por: Víctor M. Fernández - 30 enero 2012

Bien sujetos en el puesto de conducción

El interior del Corsa OPC Nürburgring Edition cuenta con detalles habituales en un coche deportivo, como los asientos bacquet (firmados por el especialista “Recaro”), los pedales en aluminio o el volante de aro grueso recrecido a las “10:10” y achatado en su parte inferior. Además, los anagramas “OPC” nos recuerdan que no estamos en un Corsa cualquiera.

Encontrar la posición de conducción adecuada es sencillo gracias a los reglajes disponibles. El volante (regulable en altura y distancia) queda en una posición suficientemente cómoda aunque, aquellos que les guste conducir con el asiento en la posición más baja, echarán en falta que su reglaje en altura no permita bajarlo más, quedando por lo tanto un poco alto.

El asiento bacquet es regulable en altura y ofrece una sujeción lateral sobresaliente. Resulta también muy cómodo en su forma y mullido, aunque las “orejas” superiores condicionan un poco la comodidad de acceso al puesto de conducción, nada que con espíritu joven no podamos obviar.

El corte y grosor del aro del volante invita a conducir. Además, su revestimiento en cuero es extraordinario por tacto y suavidad. Lleva integrados unos mandos de cómodo manejo, con los cuales accionamos las funciones del equipo de audio, descolgamos el teléfono manos libres y manejamos las funciones programables del vehículo.

El único elemento que desentona es el cuadro de instrumentación, limitado tan solo al velocímetro, cuentavueltas y al indicador de nivel de combustible. Este Corsa OPC merece claramente más, sobre todo teniendo en cuenta que los Corsa GSi de finales de los 80 llevaban ya en su instrumentación indicadores de presión de aceite, voltímetro y temperatura de agua.

En la pantalla monocroma situada en la parte superior del salpicadero visualizamos las funciones del climatizador automático (opcional), las funciones programables (hora, fecha, idioma, unidades, etc), la temperatura exterior, el cronómetro y las funciones del ordenador de viaje (con doble lectura): autonomía, consumo medio, consumo instantáneo, velocidad media, distancia recorrida y litros consumidos. El equipo multimedia (opcional) también cuenta con una pantalla táctil en color, en donde vemos las funciones del equipo de audio, navegador y teléfono manos libres con Bluetooth.

Todos los mandos se encuentran correctamente dispuestos, aunque yo tenía que adelantar un poco el cuerpo para accionarlos correctamente (se me quedaban un poco lejos).

La visibilidad es buena en cualquier circunstancia y los retrovisores permiten un visionado adecuado de lo que viene por detrás, aunque algo “gordo” tiene que venir para pedirnos paso en este OPC.

Opcionalmente puede llevar un recomendable equipo de faros halógenos orientables en curva, que lleva integrados unos útiles faros de esquina (funcionan hasta llegar a 40 km/h y amplían el haz luminoso en los giros). Dichos faros “AFL” aportan una mayor capacidad de visión en conducción nocturna, especialmente en carreteras viradas, aunque no ofrecen la misma potencia y calidad de iluminación que proporcionan unos faros bixenón (no disponibles ni en opción). También me ha gustado la iluminación de los faros antiniebla, que ofrecen una potencia adecuada y buena amplitud de visión.