Botón rojo y “Manettino”
Para arrancar el motor, primero hay que poner el contacto (con la llave tradicional) y después accionar el botón rojo del volante. Un volante que tiene dos pulsadores para la bocina en el propio aro (en los resaltes donde se apoyan los pulgares) y también incorpora el habitual “manettino” de la marca con funciones simplificadas respecto a sus hermanos mayores.
En concreto cuenta solamente con tres posiciones, en lugar de cinco: “Comfort”, “Sport” y “CST OFF”. La primera, que bien podrían haberla llamado “Normal” (¡por Dios, que es un Ferrari no un Citroën!), es donde el coche adopta una configuración mas tranquila (sí, también mas cómoda). La dirección y las suspensiones son más suaves, el cambio algo menos rápido y los controles electrónicos de tracción y estabilidad actúan antes. En “Sport” todo esto da un salto hacia una mayor efectividad. Y el siguiente paso, “CST OFF”, implica renunciar a los controles electrónicos de tracción y estabilidad, con lo que eso supone en un Ferrari. En cualquier caso, no son escalas comparables con las de algunas berlinas del mercado (faltaría más). Porque la posición “Comfort” no transforma al California en un coche “confortable”, ni de cambio y dirección lentos y faltos de respuesta, y ni siquiera los controles actúan pronto. Es más, si solo lo probamos con esa configuración pensaríamos que es extraordinario.
Pero ciertamente en la posición “Sport” va aún mejor, deportivamente hablando, sin llegar por ello a la radicalidad. Obedece más y antes a las órdenes del conductor, pero sigue permitiendo viajar con suficiente comodidad y seguridad (con suelo seco).
De la desconexión de los controles hay poco que decir. En carretera es totalmente improcedente y en un circuito resulta imprescindible una notable experiencia y habilidad en el asunto de la conducción deportiva para salir airosos de la tentativa.