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Abarth Punto SuperSport 1.4 16V MultiAir

Escrito por: Víctor M. Fernández - 9 abril 2013

Buenas sensaciones en marcha

Bien adaptados ya en el puesto de conducción, el Abarth Punto SuperSport delata sus intenciones desde que ponemos el motor en funcionamiento. El tacto que percibimos desde el primer instante es muy deportivo en general y todo parece bien adaptado para disfrutar de la conducción a fondo.

En el programa de conducción “Sport” (seleccionable mediante el mando situado en la consola central) se aprecia cómo la respuesta del acelerador es más rápida y también se incrementa la “patada” del turbocompresor, que aumenta su presión de soplado durante unos segundos (“overboost”) para llevar el par máximo hasta los 270 Nm a 2.500 rpm (250 Nm a 2.250 rpm en modo “Normal”).

En aceleraciones a fondo, el Punto SuperSport transmite una adecuada sensación de empuje y apreciamos cómo el motor estira pleno de energía hasta 6.000 rpm, aunque la zona roja del cuentavueltas comience a 6.500 rpm.

El otro sentido que también percibe cambios en el programa “Sport” es el oído, pasando a escuchar una tonalidad de escape más grave y llamativa, además de un discreto (pero estimulante) “petardeo” en los momentos de retención.

Lo que no lleva bien es aplicar técnicas de conducción avanzada como frenar con el pie izquierdo, pues la gestión electrónica corta la inyección automáticamente en cuanto los sensores detectan que frenamos y aceleramos al mismo tiempo (algo cada vez más habitual en los coches de calle).

Si la rapidez de accionamiento del cambio manual de seis marchas permite aprovechar bien la respuesta del motor, la adecuada desmultiplicación de la dirección, con asistencia eléctrica variable “DualDrive”, nos permite inscribir el coche por donde toca, aunque en determinadas circunstancias apreciemos cómo el eje trasero va demasiado sujeto al asfalto, detalle que aporta mucha estabilidad en curvas rápidas pero puede restar algo de agilidad a la hora de inscribir el morro en ciertas curvas lentas. La suspensión contiene con eficacia los movimientos de la carrocería y la sensación percibida al volante es de elevado aplomo y estabilidad.

El equipo de frenos “Brembo” no defrauda por su potencia y tacto, permitiendo disfrutar a fondo de la conducción, con la sensación de parar con eficacia donde queremos. Tan solo me ha parecido mejorable la puesta a punto de su sistema automático de conexión de intermitentes (“Warning”) para las frenadas de emergencia, pues entra en funcionamiento en cada apurada de frenada y hace que llevemos los intermitentes encendidos en cada frenada “chisposa” que hagamos en una carretera virada.

Para evitar pérdidas de tracción en las curvas más cerradas, el Abarth Punto lleva de serie un sistema denominado “TTC” (“Torque Transfer Control”- “Control de Transferencia de Par”), que no es otra cosa que un frenado electrónico de diferencial que actúa a modo de autoblocante, frenando la rueda que patina (interior) para transferir más par a la rueda con mayor adherencia (exterior). El resultado es simplemente correcto, suficientemente bueno para no ir perdiendo rueda por todos lados, pero sin llegar a la eficacia de un buen autoblocante mecánico.