Cambio manual de 7 marchas con “Active Rev Matching”
Al igual que Porsche en sus nuevos 911 (Serie 991), Chevrolet introduce en el Corvette Stingray una nueva caja de cambios manual de siete velocidades (“TREMEC TR6070”). Su principal particularidad es que cuenta además con un sistema denominado “Active Rev Matching” (similar al empleado por el Nissan 370Z) que facilita mucho la conducción en condiciones de uso deportivo. El “ARM” se encarga de dar automáticamente un golpe de gas al realizar las reducciones (simula la maniobra conocida como “punta-tacón”), para que el acoplamiento de la marcha se realice con suavidad y no se produzca una retención brusca o un posible bloqueo del eje motriz (en las reducciones apuradas en marchas cortas).
Para respetar el placer de conducción de los puristas que quieran realizar ellos mismos la maniobra del “punta-tacón”, el sistema “ARM” se puede activar o desconectar a través de las levas situadas detrás del volante, las mismas que se utilizan para seleccionar las marchas de forma manual secuencial en la caja automática que también está disponible. Dicho cambio automático “Hydra-Matic 6L80” tiene seis velocidades y un convertidor de par de baja inercia para optimizar la rapidez de cambio y suavidad de funcionamiento.
Las versiones con el paquete “Z51 Performace” incluyen unos desarrollos de cambio más cortos, ofreciendo así una respuesta todavía más contundente en aceleración y recuperación.
También llevan un nuevo diferencial autoblocante electrónico “eLSD” que, mediante un embrague de control electrónico accionado hidráulicamente, varía el reglaje de bloqueo de forma activa en décimas de segundo. Dicho autoblocante “eLSD” trabaja conjuntamente con el control de estabilidad “StabiliTrack” y el control de tracción deportivo “Performance Traction Management”, ajustando el efecto autoblocante en base al análisis de varios parámetros, como el “modo de conducción” seleccionado (“Drive Mode Selector”), la velocidad del vehículo, la posición del acelerador y el movimiento del volante, para obtener así la máxima capacidad de propulsión de las ruedas traseras e incluso cierto efecto direccional cuando es necesario (mediante un mayor deslizamiento de las ruedas traseras que ayuden a colocar el morro con más agilidad).