Cambio Tiptronic S y propulsión trasera con control de guiñada “PTV”
El Porsche Panamera Diesel tiene una caja de cambios “Tiptronic S”, con convertidor de par, ocho velocidades bien escalonadas y un funcionamiento satisfactorio (nada tiene que ver con los cambios “Tiptronic S” que llevaban antaño los Porsche 911 y mostraban un funcionamiento lento).
Dicho cambio automático no es tan rápido y directo como los actuales cambios “PDK” de doble embrague automatizado, aunque su gestión electrónica aporta una adecuada selección de las marchas en líneas generales, tanto en el uso cotidiano como a la hora de abordar carreteras viradas a buen ritmo.
Al igual que el motor, la caja “Tiptronic S” del Panamera Diesel también modifica su funcionamiento en función del programa de conducción seleccionado. En el modo “Normal” tiende a engranar siempre la marcha más larga posible (para favorecer el consumo y reducir la sonoridad), mientras que en los programas “Sport” y “Sport Plus” se muestra claramente más dinámico y rápido en su respuesta, apurando más el régimen de giro del motor antes de subir marcha.
No obstante, el modo de accionamiento manual secuencial es el único que nos permite mantener con precisión la marcha que queremos en el momento que queremos (en el modo automático hay veces que apura más el régimen de lo que necesitamos puntualmente), aunque apreciamos un cierto retardo desde que seleccionamos la marcha hasta que el cambio automático la engrana. Además, en reducciones apuradas resulta algo conservador y restrictivo ante las órdenes recibidas.
En cualquier caso, la caja “Tiptronic S” engrana los cambios con suavidad, tanto subiendo marchas como en reducciones, realizando de manera automática un golpe de gas para simular la maniobra de “punta-tacón”.
La selección manual la podemos realizar a través de la propia palanca selectora con movimientos secuenciales direccionales (hacia delante sube marchas y hacia atrás reduce) o mediante los dos mandos situados en el volante. Ambos mandos permiten subir y bajar velocidades, subiendo marcha cuando lo presionamos en la parte frontal y reduciendo cuando tiramos del mando en su parte trasera.
Su accionamiento es simplemente correcto puesto que no me ha parecido tan cómodo en su manejo como unas levas situadas detrás del volante, lo que lleva a recurrir al uso de la palanca de cambios en muchas ocasiones.
Los desarrollos del cambio parecen bien escalonados y, aunque son largos, el enorme par motor del Panamera Diesel es capaz de tirar de ellos sin problemas. En aceleraciones a fondo, la caja automática selecciona la marcha superior al llegar a 4.000 rpm y solo en el modo de cambio manual nos permite explorar el régimen máximo del motor (4.600 rpm), siempre y cuando no pulsemos el “kick down” del pedal (se acciona en el tope del recorrido del pedal).
La transmisión de potencia al suelo se realiza a través de las ruedas posteriores. Para ofrecer una mayor capacidad de tracción e incrementar su eficacia en conducción deportiva, lleva de serie un dispositivo de frenado electrónico del diferencial trasero, que actúa a modo de autoblocante a través del equipo de frenos. Además, está complementado por un dispositivo “PTV Plus” (“Porsche Torque Vectoring Plus”) de distribución de par variable entre las ruedas traseras, que ejerce una función de control activo de guiñada para acentuar su agilidad en curva.
Dicho sistema autoblocante con gestión electrónica ofrece una eficacia excelente en líneas generales, pero también acaba acusando la fatiga por sobrecalentamiento de los frenos cuando realizamos una conducción muy exigente por carreteras viradas.