Cómo se construye el Peugeot 3008 DKR Maxi
A diferencia de otras marcas (como Toyota o MINI) que han recurrido a preparadores especialistas (Overdrive Racing y X-Raid respectivamente) en el desarrollo y construcción de sus coches de competición para el Dakar, las cuatro versiones de “buggies” DKR de Peugeot han sido desarrollados íntegramente por Peugeot Sport y fabricados en las instalaciones de Vélizy (París), donde han salido también otros modelos de competición como los WRC del Mundial de Rallies, los Sport Prototipos para Le Mans o los anteriores Peugeot que ya dominaron el Rally Dakar hace tres décadas.
En la creación de todos ellos se han empleado sofisticadas herramientas de diseño CAD, que genera un modelo informático del vehículo completo con todos sus componentes.
A medida que las distintas partes van configurando el “puzzle” se procede a su fabricación con los materiales indicados y se va haciendo realidad el diseño virtual dibujado en los ordenadores.
El Peugeot 3008 DKR Maxi conserva en sus genes buena parte del ADN del primer Peugeot 2008 DKR (2015), pero la evolución de todos sus componentes le ha llevado a ser un coche muy diferente y mucho más eficaz.
Todo comienza alrededor de un chasis multitubular fabricado en acero de alta resistencia, sobre el que se va montando el resto del mecano que supone un “buggy” del Dakar. El primer paso es unir ese bastidor con la célula de seguridad que configura el habitáculo y está construida en fibra de carbono, complejo proceso de unión que se realiza con unas resinas y pegamentos específicos.
A este bloque central se le atornillan los subchasis delantero y trasero (también tubulares) y se une el depósito de combustible de seguridad con 400 litros de capacidad, necesario para afrontar las etapas maratonianas del Dakar.
El siguiente paso se centra en la instalación de todo el sistema eléctrico y la arquitectura electrónica, con todo el cableado, las conexiones y las tres centralitas electrónicas que emplea el Peugeot 3008 DKR Maxi, una que distribuye la potencia eléctrica, otra que gestiona el funcionamiento del motor y, la principal, que recoge y procesa en tiempo real la información de todos los sensores instalados en el vehículo.
A continuación se procede a la ubicación del motor V6 3.0 biturbo-diésel y los distintos elementos periféricos (sensores, bombas, manguitos, alternador, correas…), para comenzar a trabajar después en el montaje de los trenes de rodaje, los elementos de la suspensión, sus impresionantes amortiguadores dobles, las manguetas, los bujes, los frenos, las llantas y la instalación de la dirección (en el eje delantero).
El montaje de la mecánica se remata con el acoplamiento del conjunto del embrague y la caja de cambios, además de los palieres de transmisión en el eje trasero.
En paralelo se van montando todos los elementos del habitáculo, comenzando por el salpicadero, columna de dirección, pedalier, los asientos bacquet, los cinturones de seguridad de arnés, palanca de cambios, freno de mano, instrumentación…
Justo antes de proceder al montaje de todos los elementos de la carrocería (construidos en fibra de carbono) se arranca el motor y se realizan unas comprobaciones rutinarias para asegurar que todo funciona correctamente.
En total, el montaje completo de cada unidad del Peugeot 3008 DKR Maxi ronda las 500 horas de trabajo de tres mecánicos, que emplean cuatro semanas para ponerlo en orden de marcha.