Corvette Stingray con paquete “Z51 Performance”
Chevrolet ha rescatado para la séptima generación del Corvette la denominación “Stingray” que ya utilizó en sus Corvette C2 (de 1963 a 1967) y Corvette C3 (de 1968 a 1982). La versión “básica” cuenta ya con todo lo necesario para disfrutar a fondo de las sensaciones que se esperan en un buen deportivo. No es para menos con 466 CV bajo el capó, discos de freno en las cuatro ruedas (con 320 mm de diámetro delante y 338 mm detrás) y anchos neumáticos en medida 245/40 R18 delante y 285/35 R19 detrás (con llantas de aleación de diferente diámetro en los dos ejes).
Los discos ventilados del nuevo equipo de frenos (desarrollado por los especialistas de Brembo) han visto incrementada la superficie de fricción en un 35 por ciento respecto a los discos de la anterior generación, contando además con pinzas fijas de aluminio de cuatro pistones (realizadas en dos piezas). Con todo esto, en Chevrolet aseguran que la distancia de frenado del nuevo Corvette Stingray se ha reducido en un 9 por ciento.
Para ofrecer un escalón aún más eficaz y pensando en aquellos que quieran disfrutar al máximo de las prestaciones y la conducción al límite del Corvette, Chevrolet ofrece en opción un paquete de mejoras denominado “Z51 Performance”, que incluye un cárter seco para el motor, diferencial autoblocante electrónico “eLSD”, un sistema de refrigeración para el diferencial y la caja de cambios, desarrollos más cortos en las marchas y mejoras en la aerodinámica exterior, con tomas adicionales de refrigeración (para los frenos y la transmisión) y la adopción de un “spoiler” en la parte trasera.
El equipo de frenos cuenta también con cuatro discos específicos (ventilados y rayados) fabricados con la campana interior en aluminio y la zona de fricción en fundición gris (con un 6 por ciento más de superficie que los discos del anterior Corvette C6 Grand Sport). Están sobredimensionados en el eje delantero (345 mm de diámetro) y son de la misma medida en el eje trasero (338 mm), amordazados por pinzas fijas de cuatro pistones que pueden ir pintadas en color rojo.
Además, tiene llantas de aluminio forjado que son más grandes (de 19” delante y 20” detrás), con neumáticos de perfil más bajo (245/35 R19 delante y 285/30 R20 detrás) y nuevos elementos aerodinámicos en la carrocería que mejoran su eficacia en curva, permitiéndole superar así la barrera de 1 “G” en apoyos laterales.
Para conseguirlo, Michelin ha fabricado unos neumáticos “Pilot Super Sport” de tipo “run flat” (pueden rodar aunque estén pinchados) que están específicamente desarrollados para este modelo. Según Chevrolet, el nuevo compuesto de goma ha permitido ofrecer un nivel de agarre satisfactorio sin necesidad de recurrir a la anchura que tenían los neumáticos en la anterior generación (275/35 R18 delante y 325/30 R19 detrás), aspecto que repercute favorablemente en el peso del coche, las masas no suspendidas y su resistencia a la rodadura (favoreciendo las prestaciones y los consumos).