Disfrutando a cielo abierto
El Audi R8 Spyder tiene una capota de lona practicable que se esconde justo por encima del motor. Su accionamiento es eléctrico y tarda en torno a 20 segundos en descapotarse. El proceso de abrir o cerrar el techo se puede hacer en parado y también con el coche en marcha, siempre y cuando no superemos los 50 km/h.
Con el techo puesto, el nivel de insonorización alcanzado es satisfactorio en este coche que lo que pide es “escuchar el motor”. Con el techo quitado, los pasajeros disfrutan de una protección adecuada frente a las turbulencias generadas durante la marcha. Detrás de los asientos lleva una luneta trasera de accionamiento eléctrico que puede hacer funciones de “deriva brisas”, aunque también tiene una “paravientos” específico (en material textil) que aísla aún más el habitáculo de las corrientes de aire. Dicho elemento es extraíble y tiene un espacio específico para poder llevarlo en el maletero (con su funda incluida) sin interferir en la capacidad de carga.
La pequeña luneta trasera se acciona mediante un mando eléctrico y se puede bajar cuando el techo está puesto, percibiendo así en mayor medida el embriagador rugido del motor V8 subiendo hasta 8.000 rpm, si bien el sonido del motor es claramente apreciable en cualquier circunstancia.
Con todo esto, el R8 Spyder es un coche que se disfruta mucho en conducción a cielo abierto. Los pasajeros están bien aislados de las turbulencias y se puede rodar a elevada velocidad sin percibir sacudidas incómodas del aire.
El apartado de seguridad se ha rematado con arcos de protección escamoteables que estan situados detrás de los asientos y se despliegan automáticamente en caso de que los sensores detecten una posibilidad de vuelco.
El hueco que se ha habilitado para escamotear la capota del R8 Spyder tiene la tapa fabricada en fibra ligera y hace imposible la visión del motor V8, como ocurre en el Audi R8 Coupe.