El chasis más avanzado de Jaguar en los años 60
El E-Type fue el primer modelo de Jaguar que introdujo una suspensión trasera de tipo independiente y los ingenieros de la marca británica evolucionaron a fondo su puesta a punto en la versión “Lightweight” de competición.
En el eje delantero, la suspensión está configurada con un paralelogramo deformable independiente, con doble triángulo superpuesto, barras de torsión y una barra estabilizadora, mientras que el eje trasero está estructurado mediante brazos transversales inferiores y brazos longitudinales oscilantes, en donde los árboles de transmisión también ejercen cierta función como brazos superiores de la suspensión.
Un detalle característico es que cada una de las ruedas traseras cuenta con un conjunto doble de amortiguador y muelle, cuyo calibrado está adaptado específicamente en el Jaguar E-Type “Lightweight” para su exigente uso en competición.
El elaborado conjunto del puente trasero lleva integrado también el diferencial con autoblocante “DANA Powr-Lok” y los discos de freno situados uno a cada lado de dicho diferencial (reduciendo así el peso de las masas no suspendidas al no ir ubicados dentro de las ruedas).
El equipo de frenos del Jaguar E-Type “Lightweight” está compuesto por cuatro discos macizos que tienen 305 mm de diámetro delante y 286 mm detrás, todos ellos mordidos por pinzas fijas de doble pistón. Aunque, en la actualidad, los frenos de disco se emplean en todos los automóviles, en aquellos coches de los años 1960 era una auténtica novedad.
El aquilatamiento de peso también está presente en las ruedas, que cuentan con ligerísimas llantas originales de 15” de diámetro fabricadas en aleación de magnesio (con fijación monotuerca mediante palometa) y montan neumáticos “Dunlop Racing” similares a los que llevaban estos coches en las carreras de Gran Turismo.