El comienzo de una leyenda
Fangio notaba la presión en la salida del GP de Inglaterra de 1950, en Silverstone, primera carrera del recientemente establecido Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Era también la primera temporada completa que Fangio corría en Europa. En seguida se puso en cabeza, pero en la vuelta 62, una fuga de aceite en el motor de su Alfa Romeo 158 le obligó a retirarse.
El naciente Campeonato se disputaba en tan solo ocho pruebas puntuables y cada piloto sumaba sus siete mejores resultados. En cada carrera se atribuían puntos a los cinco primeros clasificados por este orden: 8, 6, 4, 3 y 2 puntos. Se daba la particularidad de que podían participar varios pilotos compartiendo el mismo coche, repartiéndose a partes iguales los puntos obtenidos. La vuelta rápida en carrera también estaba premiada con 1 punto.
Ese mismo verano, Fangio fue primero en Mónaco, Spa y Reims, portaba el dorsal nº 1 en su coche y era el favorito para conseguir el primer campeonato mundial, pero aquella retirada en la carrera inaugural de Silverstone, y otro problema en su motor el 3 de Septiembre, en Monza, le impidieron conseguir el título. El Campeonato fue para Giuseppe Farina, vencedor en Gran Bretaña, Suiza e Italia, pero daba igual, los espectadores, enfebrecidos, aplaudían al nuevo talento.
Tras ganar cinco Campeonatos de Mundo de Fórmula 1 (1951, 1954, 1955, 1956 y 1957), Juan Manuel Fangio se retiró de la competición en 1958 y se dedicó a los negocios en Argentina, pero nunca dejó de estar en contacto con las carreras. Hasta su fallecimiento en 1995, era frecuente verle en los circuitos, conduciendo alguno de aquellos coches legendarios que le dieron títulos y fama.