Flechazo sin maquillaje
Bien asesorado por el experto en restauración, Pablo Muñoz, Luis adquirió el Mercedes en un estado en el cual, cualquier otro, se hubiera echado para atrás. Aquel 190 SL presentaba un estado muy deteriorado y requería un buen número de horas de trabajo para quedar en su estado original.
Luis había contactado con los especialistas de “Muñoz Lanza” a través de un amigo al cual le habían ya restaurado de forma impecable otro Mercedes similar. Ellos serían, por lo tanto, los encargados de aceptar el reto de restaurar semejante despropósito.
En la propia factura del vehículo versaba una descripción que no podía ser más explícita: “Venta de vehículo clásico y/o de colección para restaurar. Mercedes-Benz 190 SL con chasis nº xxx del año 1958, color plata, con salpicadero color rojo, capota plegable en color blanco y tapicería de “Sky” en color negro”.
Pero lo mejor eran las observaciones reflejadas: “El vehículo necesita reparación de chapa en la parte inferior, suelos, largueros y patas de gallo delanteras y traseras. Pintura en mal estado. Mecánica necesita restauración. Necesita restauración completa de chapa, mecánica y pintura”.
El coche tampoco funcionaba y el primer diagnóstico de Pablo Muñoz coincidía con los datos reflejados por escrito, aunque en la factura no decía nada sobre el estado también lamentable del interior (tapicería, guarnecidos, alfombrillas, instrumentación, capota…). Había que rehacer el coche por completo.
Visto lo visto, tomar la decisión de compra no podía ser más difícil. Pero, la decisión estaba ya tomada. Luis tenía muchas ganas de poseer un 190 SL y no había muchas otras opciones donde elegir. Es un modelo muy buscado entre los amantes de los clásicos y la escasa oferta existente hace de este descapotable un coche realmente apreciado.
Lo que a priori podría parecer un absoluto desastre insalvable, para el restaurador Pablo Muñoz no resultaba más que un simple trámite, un nuevo reto para complacer los deseos de su ilusionado propietario.