Frenos de carbono y dirección variable
Un coche que es capaz de desarrollar semejantes prestaciones necesita unos frenos a la altura, pero en Lexus no sólo se han limitado a colocar unos discos flotantes de grandes dimensiones (390 mm de diámetro delante y 360 mm detrás), sino que han introducido cuatro discos ventilados en material carbono cerámico que ofrecen una capacidad de retención espectacular y un peso mínimo (los delanteros pesan 5,22 kg cada uno).
Pinzas monobloque en aluminio de seis y cuatro pistones muerden respectivamente los discos delanteros y traseros, con la particularidad de llevar pistones de diámetro creciente que permiten una frenada más potente y un desgaste más equilibrado de las pastillas. Además, el LFA tiene un sistema de frenos de control electrónico (ECB) que utiliza una bomba eléctrica para generar la presión hidráulica del circuito y así disponer de un recorrido de pedal constante en cualquier condición.
El conjunto mecánico se remata con una rápida dirección de asistencia eléctrica variable (EPS) que tiene tan solo 2,35 vueltas de volante y ofrece un tacto excelente en cualquier circunstancia.