Grande por fuera
La carrocería de cinco puertas del nuevo Audi RS 7 Sportback tiene un diseño con estilo coupé y las ventanillas de las puertas carecen de marco. Mide 5.012 mm de largo, 1.911 mm de ancho y 1.419 mm de alto, incrementando su longitud 32 mm respecto a un Audi S7 Sportback (4.980 mm) a causa de su faldón delantero más prominente. Cuenta con una superficie frontal de 2,29 m² y con un coeficiente Cx 0,30 de penetración aerodinámica.
Tiene una distancia ente ejes de 2.915 mm y sus cuatro ruedas pisan en una superficie cercana a los 5 m² para asegurar una elevada estabilidad en curva rápida, contando con el agarre de anchos neumáticos en medida 275/35 R20 que están montados sobre llantas forjadas de aleación ligera de 20” de diámetro (con un diseño de siete radios dobles). En opción también puede llevar unas llantas de 21” de diámetro, con diseño de cinco radios y tres acabados diferentes (plata pulida, negro brillante y titanio pulido).
Audi ofrece también en opción dos paquetes exteriores (con elementos de aluminio mate o de fibra de carbono) que permiten modificar el aspecto del marco de la parrilla, las tomas de aire frontales, el faldón delantero, el marco decorativo de las ventanillas laterales y el difusor posterior.
La carrocería monocasco autoportante del Audi RS 7 incorpora aceros de alta resistencia (que requieren un menor grosor) y el empleo de aluminio en más de un 20 por ciento de su estructura, lo que supone una reducción de peso de un 15% respecto a otra similar fabricada íntegramente en acero. Son también de chapa de aluminio los paneles de las puertas, el capó y las aletas delanteras.
Su construcción ligera y la adopción de un motor V8 más compacto y ligero (224 kg) que el motor V10 empleado en anteriores modelos RS han contribuido a establecer su peso final en vacío en 1.920 kg (a pesar de su generoso tamaño y abundante equipamiento), marcando así una relación peso/potencia de 3,43 kg/CV.
En cualquier caso, el Audi RS 7 Sportback sigue siendo un coche muy grande y pesado, capaz de desarrollar unas prestaciones arrolladoras gracias a su enorme potencia pero incapaz de ofrecer reacciones tan ágiles y eficaces como otros deportivos más ligeros (por ejemplo un Audi R8 o un Porsche 911).