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Toyota GR Yaris GR-FOUR 2020

Escrito por: Víctor M. Fernández - 11 enero 2021

Grata sorpresa al volante del Toyota GR Yaris

Ha llegado el momento de entrar en pista… y comienzo por la versión estándar del Toyota GR Yaris, cuyo aspecto exterior ya resulta insinuante con sus ensanchadas aletas, grandes tomas de refrigeración y “mirada” cabreada.

Desde el primer acelerón, el motor tricilíndrico 1.6 Turbo (“G16E-GTS”) muestra el gratificante poderío de sus 261 CV y sube de vueltas con energía, hasta tocar las 7.000 rpm a las que comienza la zona roja del cuentavueltas (información técnica sobre el motor).

El coche corre y empuja, pidiendo subir marchas con ritmo, algo que resulta fácil gracias al rápido manejo de la palanca de cambios, con recorridos cortos que tan solo requieren movimientos precisos.

Además, el sistema “iMT” (“intelligent Manual Transmission”) que lleva de serie nos permite realizar las reducciones con mucha más rapidez y suavidad, al igualar las revoluciones del motor y la transmisión en cambios descendentes, dando automáticamente un golpe de gas que simula la maniobra del “punta-tacón”.

El sistema “iMT” tiene un buen funcionamiento y permite reducir con la misma rapidez que lo haría un buen piloto (sin necesidad de serlo), admitiendo apuradas de frenada al límite sin ningún problema.

Aquellos que prefieran seguir haciendo el “punta-tacón” con sus pies pueden desactivar el sistema pulsando un botón específico “iMT” situado en la consola central.

Ya desde las primeras curvas, la suspensión del Toyota GR Yaris ofrece una buena pisada y el coche describe muy bien al conductor lo que ocurre entre el volante y el asfalto.

En esta ocasión, el trazado del circuito del Jarama (donde lo estoy probando) está completamente empapado, pero el GR Yaris se mueve con una agilidad sorprendente y transmite mucha confianza al volante. Las reacciones parecen ágiles, pero con movimientos progresivos cuando alcanzamos el punto de deslizamiento de los neumáticos.

La dirección se muestra rápida (2,3 vueltas de volante), comunica bien lo que está ocurriendo en las ruedas delanteras y tiene un tacto agradable en líneas generales.

Que la pista esté completamente mojada genera algunos inconvenientes, pero me permite probar todavía mejor las bondades de la nueva tracción total “GR-FOUR”, en buena medida la causante de que el Toyota GR Yaris se mueva tan bien en un entorno algo delicado.

Como no tenía el suficiente tiempo en pista para probar en su justa medida las diferencias que aporta cada uno de los tres programas de tracción total disponibles (“Normal”, Sport” y “Track”), decidía rodar las vueltas pertinentes directamente en el programa de circuito (“Track”), que en su configuración inicial parte sobre un reparto de par del 50 % en ambos ejes, aunque su evolucionado sistema de tracción se encargue de variar el reparto de forma activa (información técnica sobre la tracción “GR-FOUR).

La conducción es fluida, rápida… fácil… el coche pisa muy bien en las curvas y transmite bien la potencia al asfalto en las fases de aceleración, aunque la pista mojada le pida al control de tracción entrar en acción al dar gas en las curvas más cerradas.

No tengo apenas tiempo de probar cómo va en el ajuste “VSC Expert” del control de tracción y estabilidad (ajuste deportivo de las ayudas electrónicas, más permisivo con el deslizamiento), así que elimino por completo las ayudas electrónicas para ver qué me encuentro (“VSC OFF”).

Sin el control de tracción activo puedo apreciar en mayor medida cómo las ruedas interiores muestran un leve patinamiento cuando doy gas con el coche apoyado en las curvas más cerradas. Finura al volante y aceleración progresiva disimulan dicha pérdida de motricidad, que aun siendo leve es apreciable.

No obstante, la tracción total “GR-FOUR” se muestra muy eficaz y el reparto activo de tracción entre ambos ejes permite aprovechar toda la potencia con enorme eficacia.

El ambiente frío y húmedo en el que estoy haciendo la prueba tampoco pone en apuros la resistencia del equipo de frenos, aunque dudo mucho que alguien termine sobrecalentando esos enormes discos delanteros de 356 mm de diámetro que lleva de serie, teniendo en cuenta su ajustado peso de 1.280 kilogramos.

De lo que sí doy fe es de la excelente capacidad de retención que tiene el equipo de frenos del Toyota GR Yaris (con discos ventilados y pinzas fijas en las cuatro ruedas), con muy buen tacto de frenada y elevado mordiente en toda circunstancia.

Eso sí, cada apurada de frenada viene acompañada de la activación del sistema indicador de frenadas de emergencia (comienzan a parpadear las luces intermitentes), algo que acaba desesperando cuando conducimos dentro del circuito. Este dispositivo de seguridad es muy útil en carretera, pero merecería una mejor puesta a punto para actuar exclusivamente en verdaderas frenadas de emergencia, no en cada frenada apurada.

La prueba ha sido corta, condicionada por la lluvia, pero suficiente para dejarme claro que el Toyota GR Yaris es un verdadero “mata gigantes”. En circuito se mueve con mucha soltura, pero verlo rodar por las reviradas carreteras de montaña debe ser toda una experiencia.

No en vano, es un coche cuyo desarrollo se ha hecho pensando en la homologación de los próximos Toyota Yaris WRC y Toyota GR Yaris Rally 2 (anterior categoría R5) de competición, empleando para ello tecnología de vanguardia y soluciones técnicas derivadas de los coches de carreras.