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Niki Lauda vs James Hunt. III parte

Un relato de El Abuelete del M3 - 13 octubre 2013

James Hunt, un nuevo campeón bajo el diluvio

El rápido retorno de Niki Lauda a la competición, tras sufrir un accidente tan grave, marcó la atención de los medios de comunicación en todo el mundo. El propio piloto austriaco explicaba que no quería estar más tiempo en casa, que quería trabajar y que había trabajado mucho con su entrenador físico para poder regresar a los Grandes Premios lo antes posible.

Ese era el auténtico Lauda. Cuando había que utilizar la racionalidad era racional y cuando hacía falta la trasgresión para llevar a cabo ciertos actos temerarios, como era el regresar en aquellas condiciones, él lo hacía con la intención de volver a ganar carreras. Para Lauda, ese cuarto puesto obtenido en Monza no bastaba.

El hecho de haberse perdido dos pruebas había dejado abierta la lucha por el Campeonato y favorecido a James Hunt. Sin embargo, Niki no tiraba la toalla y, aunque acosado por las dificultades, lograba mantener a distancia al piloto de McLaren. Entre tanto, la respuesta de James Hunt, envalentonado, era ganar los dos siguientes Grandes Premios de Canadá (Mosport) y Estados Unidos (Watkins Glen), sumando así seis victorias en la temporada (España, Francia, Alemania, Holanda, Canadá y EEUU), mientras Lauda había ganado en cinco carreras (Brasil, Sudáfrica, Bélgica, Mónaco y Gran Bretaña) y tan solo había obtenido el tercer puesto del podio en el GP de EEUU, aunque conseguía mantenerse líder de la clasificación provisional (con solo tres puntos de ventaja sobre Hunt).

Bajo dicho panorama, el asalto definitivo al campeonato iba a tener lugar en el Gran Premio de Japón y Niki Lauda llegaba al circuito de Fuji con tan solo tres puntos de ventaja (68 puntos) sobre James Hunt (65 puntos).

A poco que las cosas fueran bien, Lauda podría administrar su ventaja y ganar el Campeonato sin arriesgar, pero la climatología volvería a tener la palabra. Sobre el trazado japonés iba a caer un auténtico diluvio y la enorme cortina de agua que levantaban los anchos neumáticos de los monoplazas llevaba a los pilotos a conducir prácticamente sin visibilidad sobre el líquido elemento.

Al completarse las dos primeras vueltas de carrera, ocurría lo impensable. Niki Lauda entraba en bóxes y se retiraba de la carrera. Para defender al piloto austriaco, Mauro Forghieri comunicaba en un primer momento que había un problema eléctrico en el monoplaza, pero esta versión era negada a continuación por el responsable técnico de Magnetti Marelli. Realmente, el cortocircuito se había producido únicamente en la cabeza de Niki Lauda, entendiendo que las condiciones para correr eran excesivamente peligrosas (por el mismo motivo abandonaron también Emerson Fittipaldi y José Carlos Pace).

Tras su retirada en Monte Fuji, todos encontraron a un Lauda serenísimo. Según declaraba posteriormente el propio piloto, no habría tenido sentido que debiera arriesgar la vida para ganar un Campeonato del Mundo. «Estoy muy contento de estar aquí porque yo sé lo que es el riesgo. El próximo año volveré a arriesgar como siempre»…

Para James Hunt, aquello era un regalo caído del cielo y la victoria se le ponía en bandeja de plata. La carrera sin Niki Lauda debía ser un paseo en toda regla pero, a pocas vueltas del final, sufría un pinchazo y debía entrar a bóxes a cambiar el neumático afectado. Hunt volvía a la pista por detrás de Mario Andretti (Lotus-Ford 77), Clay Regazzoni (Ferrari 312 T2), Alan Jones (Surtees-Ford TS19) y Patrick Depailler (Tyrrell-Ford P34), una quinta posición que dejaría a Lauda como campeón.

Hunt comenzaba así una lucha titánica contra los elementos para remontar posiciones y tenía la suerte de que se debieran retirar Clay Regazzoni y Alan Jones, superando la bandera de cuadros en la tercera posición, con Andretti y Depailler ocupando las dos primeras plazas del podio.

Su tercer puesto en Japón proclamaba a James Hunt como Campeón del Mundo de Fórmula 1 de 1976, con tan solo un punto de diferencia (69 puntos) sobre Niki Lauda (68 puntos).