Lauda gana su primer título y Hunt su primer Gran Premio
Apenas repuestos de la tragedia de Montjuic, la Fórmula 1 llegaba a su cita anual con el Gran Premio de Mónaco. Allí se produce, desde siempre, el mayor despliegue de «glamour» de la temporada, con los grandes yates, los vehículos más impresionantes del momento, las mujeres más bellas y las fortunas más exorbitadas mezclándose en un ambiente de lujo y pasión sobre las calles de Montecarlo.
Niki Lauda logró la «pole» y, en un día deslucido por la lluvia, dándolo todo sobre el asfalto mojado, ganaba de principio a fin, por delante del McLaren-Ford M23 de Emerson Fittipaldi.
Por fin, el nuevo Ferrari 312 T había demostrado su verdadero potencial en la difícil pista monegasca y Lauda le entregaba a su patrón el primer trofeo de una larga secuencia de victorias en la temporada de 1975. El piloto austriaco encadenaba el triunfo en cuatro Grandes Premios (Mónaco, Bélgica, Suecia y Francia) de forma casi consecutiva, pues entre medias le arrebataba la victoria James Hunt (Hesketh-Ford 308 B) en el Gran Premio de Holanda (Zandvoort).
Niki Lauda y Clay Regazzoni colocaban sus Ferrari oficiales en las dos primeras posiciones de parrilla del sinuoso trazado holandés, pero la sorpresa la marcaba un sorprendente James Hunt, que realizaba el tercer mejor tiempo con el monoplaza de un equipo privado (Hesketh Racing).
Un fuerte aguacero retrasó la salida del GP de Holanda y los pilotos comenzaron la carrera en condidiones de mojado. Cuando la pista empezaba a secarse, James Hunt realizó un estratégico cambio de ruedas (de neumáticos con dibujo a neumáticos “slick” de seco) que le permitió ir ganando posiciones hasta colocarse primero. En las últimas vueltas, Lauda se colocaría a rebufo de Hunt, pero el piloto británico resistió los ataques del Ferrari 312 T hasta pasar como vencedor bajo la bandera de cuadros, con tan solo 1,06 segundos de ventaja.
James Hunt obtenía así su primera victoria en Fórmula 1 y allí daría también comienzo el primer duelo por el triunfo entre estos dos pilotos.
En la siguiente carrera, el GP de Francia (Paul Ricard), Lauda y Hunt volvían a ser los más rápidos, aunque intercambiaban posiciones, siendo el piloto de Ferrari el que le arrebataba el triunfo al británico.
La victoria más celebrada de Ferrari no llegaría hasta el GP de Italia (Monza). En un ambiente de locura y después de once años sin triunfos, Clay Regazzoni cruzaba primero bajo la bandera de cuadros con su Ferrari 312 T, mientras que Emerson Fittipaldi (McLaren-Ford M23) y Niki Lauda completaban el podio.
La temporada se cerraba con un nuevo triunfo de Niki Lauda en la última carrera del año, el GP de Estados Unidos (Watkins Glen). Lauda acumulaba así un total de 64,5 puntos que le proclamaban Campeón del Mundo de Fórmula 1 por primera vez, tras vencer en cinco Grandes Premios y marcar la “pole position” en nueve ocasiones. Le siguieron Emerson Fittipaldi (McLaren-Ford M23) con 45 puntos y Carlos Reutemann (Brabham-Ford BT44 B) con 37 puntos, mientras que un sorprendente James Hunt (Hesketh-Ford 308 B) finalizaba en la cuarta posición final sumando 33 puntos.
A pesar del aparente dominio de Lauda, el campeonato de 1975 había tenido nueve pilotos vencedores diferentes (Emerson Fittipaldi, Carlos Pace, Jody Scheckter, Jochen Mass, Niki Lauda, James Hunt, Carlos Reutemann, Vittorio Brambilla y Clay Regazzoni) y Ferrari había reverdecido los laureles tras once temporadas de decepciones, obteniendo también el título de constructores.
El equipo se había consolidado y el Ferrari 312 T aún le reportaría días de gloria y momentos de tragedia al victorioso Niki Lauda.