Los Fórmula 1 2017 vuelven a montar neumáticos más anchos
El nuevo reglamento técnico de la Fórmula 1 2017 ha buscado incrementar el agarre mecánico de los renovados monoplazas y, para ello, no había mejor forma que incrementar la anchura de los neumáticos.
Con las nuevas especificaciones definidas, Pirelli (suministrador único en la actual Fórmula 1) se ponía a trabajar en el desarrollo de unos neumáticos que han crecido notablemente en anchura, recuperando el tamaño y la imagen que ya mostraron los monoplazas de Fórmula 1 en épocas anteriores.
Las nuevas especificaciones introducen una anchura de 305 mm en los neumáticos delanteros (305/670 – 13) y de 405 mm en los neumáticos traseros (405/670 – 13), lo que supone un incremento en su anchura que ronda el 25 por ciento respecto a los 245 mm que tenían anteriormente los neumáticos delante (245/660 – 13) y los 325 mm que tenían los neumáticos traseros (325/660 – 13).
El diámetro de los nuevos neumáticos también se ha incrementado apenas 10 mm y siguen montados sobre llantas de aleación de magnesio forjado de 13 pulgadas de diámetro.
Estos cambios han supuesto para Pirelli algo más que preocuparse en ensanchar los neumáticos, puesto que han tenido que diseñar una carcasa completamente nueva (acorde con las nuevas dimensiones) y han desarrollado nuevas tecnologías de construcción para distribuir las fuerzas que soporta.
También se ha trabajado en unos nuevos compuestos de goma, pues la mayor anchura de los neumáticos y el esfuerzo que tienen que soportar debido a la mayor carga aerodinámica exigían un nuevo equilibrio en su formulación química.
Según Pirelli, los nuevos neumáticos introducidos en la temporada 2017 van a ser más estables en su nivel de degradación (en líneas generales), aunque se siguen manteniendo los cinco compuestos básicos que ya se utilizaban anteriormente en los neumáticos “slick” sin dibujo para asfalto seco: “ultra blando” (distintivo morado), “súper blando” (distintivo rojo), “blando” (distintivo amarillo), “medio” (distintivo blanco) y “duro” (distintivo naranja).
En cuanto a los compuestos de mojado, se mantiene la especificación de neumáticos “intermedios” (distintivo verde) y de “lluvia extrema” (distintivo azul).
Como se hacía anteriormente, Pirelli propondrá la selección de los tres compuestos que se utilicen en cada Gran Premio y los equipos se encargarán de establecer su estrategia particular a la hora de utilizarlos.
Durante los distintos Grandes Premios, cada coche podrá disponer de 13 juegos de neumáticos “slick” de seco (52 neumáticos en total) y los equipos deberán hacer la elección sobre cuántos juegos eligen de cada compuesto.
En caso de lluvia, podrán disponer adicionalmente de 4 juegos de neumáticos “intermedios” (16 neumáticos) y 3 juegos de neumáticos de “lluvia extrema” (12 neumáticos). Los primeros cuentan con un dibujo que permite evacuar en torno a 25 litros de agua por segundo, mientras que los neumáticos extremos cuentan con más canalizaciones que permiten desalojar cerca de 65 litros por segundo.
Pirelli designará los dos compuestos que cada piloto deberá utilizar obligatoriamente a lo largo de la carrera y un tercer compuesto (el más blando) que se podrá utilizar exclusivamente durante la manga “Q3” de los entrenamientos clasificatorios.
Los 10 pilotos que se clasifiquen para disputar la “Q3” deberán comenzar la carrera con los mismos neumáticos con los que realizaron su vuelta rápida en “Q2”, mientras que el resto de los pilotos podrán utilizar también durante la carrera el juego de neumáticos de compuesto blando que no utilizaron anteriormente (al no disputar la “Q3”).
Mientras que un neumático de altas prestaciones soporta un kilometraje medio que ronda los 15.000/20.000 kilómetros para su uso por carretera, los neumáticos de Fórmula 1 están desarrollados para ofrecer un kilometraje medio que no supera los 60/120 kilómetros (según el compuesto), con una construcción en donde se aúna ligereza con rigidez, para aguantar una carga aerodinámica que llega a superar la tonelada de peso a máxima velocidad y soportar esfuerzos por encima de los 6 G en aceleraciones longitudinales (frenadas) y de 7 G en aceleraciones transversales (en curvas rápidas).