Más potencia y dos cajas de cambio
El Maserati GranTurismo Sport lleva un motor V8 situado por detrás del eje delantero y en disposición longitudinal. Tiene 4,7 litros de cilindrada, admisión y distribución variable, inyección electrónica indirecta y cárter húmedo. En esta nueva evolución lleva un recubrimiento especial “DLC” (tipo diamante) en la fabricación de los árboles de levas y los taques, tratamiento que permite reducir la fricción interna y mejorar el rendimiento. Así pues, la potencia del motor se ha incrementado hasta 460 CV a 7.000 rpm y el par máximo alcanza los 520 Nm a 4.750 rpm (450 CV y 510 Nm respectivamente en el anterior GranTurismo S).
Esta versión Sport transmite toda la potencia al suelo a través de las ruedas traseras (ayudado por un diferencial autoblocante) y mantiene la posibilidad de elegir entre dos cajas de cambio secuenciales: una de doble embrague automatizado “MC Shift” y otra automática con convertidor de par “MC Auto Shift”, ambas con seis velocidades. En esta última se ha revisado la puesta a punto de la gestión electrónica, para ofrecer un funcionamiento todavía más deportivo, dando un golpe de gas en las reducciones e introduciendo un control de salidas “launch control” para arrancadas fugaces. Dichas funciones las realiza también la caja “MC Shift”, que engrana los cambios en tan solo 100 milésimas de segundo, siendo la versión recomendada para aquellos que buscan sensaciones de conducción al límite.
El GranTurismo Sport, con el cambio de doble embrague automatizado, lleva la caja situada en disposición “transaxle” (por delante del eje trasero), aspecto que aporta un reparto de pesos del 48 % sobre el eje delantero y el 52 % restante sobre el trasero. Sin embargo, el GranTurismo Sport Automático lleva la caja ZF colocada por detrás del motor, lo que supone una ligera variación en dicho reparto de pesos (49 % delante y 51 % detrás).