Mejorado en lo mejorable
Mejorar lo que ya es realmente bueno no puede ser más difícil. Sin embargo, en Porsche han sido capaces de volver a dar otra vuelta de tuerca a su modelo 911 (Serie 991). Los ingenieros de la marca alemana no solo se han esforzado en mejorar aún más el apartado dinámico del nuevo 911, sino que también han trabajado mucho y bien en solventar y mejorar otros “pequeños” detalles que parecen no ser objeto de tanta atención en un coche deportivo como el Carrera S.
Así pues, lo más destacable no es que sea más rápido y más eficaz, sino que, además, es todavía más cómodo en el uso cotidiano, más funcional y más agradable de conducir en cualquier circunstancia. Solo hace falta recorrer unos pocos kilómetros para tener la sensación de que hemos conducido este coche durante toda la vida y que queremos seguir conduciéndolo.
La nueva suspensión no solo aporta una mayor estabilidad, sino que también han conseguido incrementar todavía más el confort de marcha (en anterior 911 ya era un deportivo razonablemente cómodo), filtrando con mayor eficacia las irregularidades del terreno.
En el apartado de confort percibido también tienen algo que decir los nuevos “apoyos dinámicos del motor” (“PADM – Porsche Active Drivetrain Mount”) que llevan los 911 con el paquete opcional “Sport Chrono” (que montaba nuestra unidad de pruebas). Dichos apoyos contribuyen a reducir el nivel de vibraciones que puede transmitir el motor (que ya de por sí tiene un funcionamiento suave y muy bien equilibrado). No obstante, el mayor aporte de los “apoyos dinámicos” no está en el apartado de confort, sino que muestran sus principales virtudes cuando queremos exprimir a fondo las cualidades del chasis. Con los soportes en su regulación más dura se reducen los movimientos del motor en los apoyos más fuertes, evitando así transferencias de pesos parásitas que afectan al comportamiento en conducción al límite.
Otro elemento mejorado es la sonoridad interior. Los anteriores 911 (Serie 997) podían llegar a resultar algo ruidosos en el uso cotidiano y, el nuevo modelo, parece haber solventado el problema de forma satisfactoria. Nuestra unidad de pruebas llevaba el sistema de escape deportivo con doble tramo que se ofrece en opción. Dicho elemento ofrece una sonoridad contenida en el uso cotidiano, pero también nos permite disfrutar de toda la “bravura” del motor bóxer cuando pulsamos el botón que selecciona el modo “deportivo” (situado en la consola central). Entonces, el “rugido” del motor se escucha en mayor medida en aceleración y su petardeo en retención embriaga a cualquiera.