Mercedes-Benz SLK 55 AMG Black Series (2006)
A priori, el Mercedes-Benz SLK 55 AMG podría ser un deportivo más que satisfactorio para la mayor parte de los conductores, por su compacto tamaño (4.087 x 1.794 x 1.271 mm), afinado chasis, moderado peso (1.540 kg) y el empleo de un potente motor V8 5.4 con 360 CV de potencia.
Pero siempre encontraremos conductores inconformistas que quieren aún más y así nacía en 2006 el Mercedes-Benz SLK 55 AMG Black Series (Serie “R171”), una preparación oficial de la marca todavía más llamativa, potente, rápida, ligera, eficaz y deportiva, desarrollada por los ingenieros especialistas de “AMG Performance Studio”, la división encargada de llevar a cabo las versiones personalizadas de los clientes más caprichosos.
El Mercedes-Benz SLK 55 AMG Black Series se distinguía en el exterior con una imagen aún más llamativa de la carrocería (no cambiaba sus dimensiones), que estrenaba tomas de refrigeración más grandes y neumáticos más anchos (235/35 R19 delante y 265/30 R19 detrás), montados sobre nuevas llantas de aleación de 19” de diámetro (225/40 R18 delante y 245/35 R18 detrás en el SLK 55 AMG).
Se realizaba también un profundo trabajo de aligeramiento, empleando numerosos elementos fabricados en fibra de carbono, entre ellos el nuevo techo fijo que le hacía perder su condición de descapotable, en sustitución del techo duro practicable empleado en el SLK 55 AMG estándar.
Con todo esto el Mercedes-Benz SLK 55 AMG Black Series establecía un peso en vacío de 1.495 kg (45 kg más ligero que el SLK 55 AMG del que partía), importante mejora a la que se sumaba un ajuste específico de las suspensiones y frenos sobredimensionados para aguantar las mejores prestaciones que era capaz de desarrollar, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y una velocidad máxima autolimitada a 280 km/h (4,9 segundos y 250 km/h respectivamente el SLK 55 AMG).
El protagonista principal de semejantes prestaciones era su potenciado motor 5.4 V8, al que los ingenieros de AMG introducían las correspondientes mejoras para elevar su potencia hasta los 400 CV a 5.750 rpm, es decir, 40 CV más que el propulsor original montado en el SLK 55 AMG estándar (360 CV a 5.750 rpm).
Dicho motor estaba asociado a una caja de cambios automática con 7 velocidades (“AMG Speedshift 7G-Tronic”), que tenía un programa “Manual” y levas de cambio secuencial en el volante, rematando el sistema de transmisión con un diferencial autoblocante montado en el eje trasero y un nuevo radiador de refrigeración del aceite del cambio.
En el interior biplaza del Mercedes-Benz SLK AMG Black Series destacaban los nuevos asientos bacquet y el volante deportivo con el aro revestido en cuero y Alcantara, además de introducir numerosas molduras decorativas de fibra de carbono en el salpicadero, el freno de mano y los paneles de las puertas, una imagen todavía más deportiva para un coche claramente más ambicioso en su planteamiento y prestaciones.
El Mercedes-Benz SLK 55 AMG Black Series se fabricó exclusivamente entre julio de 2006 y abril de 2007, saliendo de las instalaciones de Affalterbach un total de 120 unidades hoy en día bien cotizadas.
No podía faltar una vuelta rápida sobre el circuito de Nürburgring-Nordschleife, donde el SLK 55 AMG Black Series paraba el cronómetro en un tiempo de 8 minutos 14 segundos, un registro que puede parecer discreto si tenemos en cuenta que un BMW Z4 M Coupé (343 CV) de la misma época lo hacía en 8 minutos 12 segundos.