Mercedes-Benz SLS AMG Black Series (2013)
Mercedes volvería a elegir su coupé más representativo del momento para desarrollar la quinta entrega “Black Series”, tomando como base el biplaza Mercedes-Benz SLS 63 AMG (571 CV), el primer coche de Mercedes desarrollado íntegramente en las instalaciones de “AMG” en Affalterbach.
Aparecería así en 2013 el Mercedes-Benz SLS AMG Black Series, la versión más poderosa de la gama, de nuevo más potente, ligera y eficaz, con una impactante imagen inspirada en el Mercedes-Benz SLS GT3 de carreras.
A su imponente aspecto exterior, ensanchado 52 mm (1.991 mm) y con nuevas soluciones aerodinámicas, se unían las mejoras en la suspensión, frenos carbono cerámicos, un diferencial autoblocante con nuevo control electrónico y mucha fibra de carbono para adelgazar 70 kilogramos de peso (1.550 kg) en comparación con el SLS AMG.
Su motor V8 6.2 atmosférico recibía mejoras en el sistema de admisión, inyección y escape (por primera vez, fabricado en titanio), se modificaba el cruce de los árboles de levas y se adaptaban todos los elementos de la distribución variable para subir el corte de encendido hasta las 8.000 rpm, desarrollando así una potencia máxima de 631 CV a 7.400 rpm y un par motor de 635 Nm a 5.500 rpm (571 CV a 6.800 rpm y 650 Nm a 4.750 rpm en el SLS AMG), además de llevar la potencia específica hasta los 101,6 CV/litro (92,0 CV/litro en el SLS AMG).
La transmisión “AMG Speedshift DCT 7” de doble embrague robotizado y siete velocidades recibía nuevos ajustes en esta versión “Black Series” para realizar los cambios más rápidos, además de contar con una nueva carcasa del túnel de transmisión (“Torque Tube”) fabricada en fibra de carbono (que une el motor delantero con la caja de cambios trasera).
La gestión electrónica se introducía en su eficaz diferencial autoblocante posterior y se optimizaba también la electrónica del sistema de amortiguación adaptativa “AMG Ride Control”, además de incorporar muelles roscados, una nueva barra estabilizadora de menor flexibilidad en el eje delantero y todos los elementos adaptados a sus neumáticos tipo “semi-slick” de mayor tamaño (275/35 R19 delante y 325/30 R20 detrás) y al nuevo ensanchamiento de vías en ambos ejes.
La dirección “AMG” de asistencia variable en función de la velocidad contaba ahora con un grado de asistencia revisado, mientras que el equipo de frenos recibía los poderosos discos carbono cerámicos de 402 mm de diámetro delante y 360 mm detrás (era el primer modelo “Black Series” que llevaba de serie los frenos cerámicos).
El “cockpit” del Mercedes-Benz SLS AMG Black Series también se inspiraba visualmente en la versión SLS AMG GT3 de competición, aunque sin prescindir de elementos de confort como el climatizador automático bizona, los mandos multifunción en el volante o el control de velocidad de crucero.
La piel natural y el cuero vuelto sintético (microfibra “Dinamica”) se combinaban en los revestimientos interiores con costuras de color rojo y molduras de fibra de carbono en puertas y consola central.
Además, los asientos bacquet ponían la guinda final a un habitáculo con sabor plenamente “racing” y pesaban 15 kilogramos menos que los asientos deportivos tipo bacquet que llevaba el SLS AMG estándar.
Un puesto de conducción acorde a las prestaciones que desarrollaba el SLS AMG Black Series, que alcanzaba una velocidad máxima de 318 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos (317 km/h y 3,8 segundos respectivamente el SLS AMG).
Una vez más, el circuito de Nürburgring servía de exigente escenario de pruebas para llevar a cabo la puesta a punto de este deportivo biplaza, que realizaba un tiempo de 7 minutos 25,67 segundos, batiendo con mucho margen el registro oficioso realizado por el SLS AMG estándar (7 m 40 s).
El lanzamiento comercial del Mercedes-Benz SLS AMG Black Series daría comienzo en junio de 2013, fabricándose prácticamente a mano las 350 unidades producidas en las instalaciones de “AMG Performance Studio” en Affalterbach.
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