Motor V10, 560 CV y cambio pilotado
Pero el alma mecánico del Lexus LFA lo configura un nuevo propulsor atmosférico de 10 cilindros en V a 72 grados, que ha sido desarrollado conjuntamente con los especialistas de Yamaha y bajo la dirección de Takamitsu Okamoto, ingeniero de Toyota con amplia experiencia en motores de Fórmula 1, Fórmula Indy y prototipos de Le Mans.
Y, el resultado, ha sido un motor de calle con las especificaciones propias de uno de competición: cárter seco, distribución variable inteligente (VVT-i) en sus cuarenta válvulas de titanio, materiales de baja fricción en el equipo motor, pistones de aluminio forjado, culatas de aleación de magnesio, inyectores de doce orificios y admisión variable, entre otras soluciones técnicas.
De esta forma, han conseguido que el motor V10 del LFA suba hasta 9.000 rpm en un suspiro y desarrolle una potencia máxima de 560 CV, nada menos que 116,5 CV/litro. Todo esto con el tamaño de un motor V8 y el peso de un motor V6, marcando en la báscula 200 kg de peso con todos los periféricos montados (colectores de escape, alternador, caja de admisión, etc).
Por si fuera poco, la acústica que emite ha sido estudiada de forma exhaustiva y las tres salidas de escape posteriores emiten una tonalidad en su aullido muy similar a la de los motores de F-1, pura excitación para los sentidos cuando lo subimos hasta 9.000 vueltas.
Dicho motor V10 va asociado a una caja de cambios secuencial con embrague pilotado (ASG). Tiene seis marchas, cuatro modos de uso (Normal, Automático, Mojado y Sport) y siete programas de funcionamiento que puede seleccionar el conductor desde el interior. En el programa más rápido es capaz de subir marchas en tan solo 0,2 segundos y la electrónica da automáticamente un golpe de gas en las reducciones para realizar un perfecto “punta-tacón” con exquisita eficacia. No obstante, aun siendo muy rápido, no alcanza el nivel de refinamiento, suavidad de funcionamiento y rapidez de accionamiento de los modernos cambios automatizados de doble embrague que llevan otros rivales.
Con todo esto y una relación peso/potencia de 2,64 kg/CV, el LFA es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos, alcanzar los 200 km/h en 11,4 segundos y llegar hasta una velocidad máxima de 325 km/h. Aunque dichas cifras son espectaculares, también es cierto que no alcanzan el nivel de rivales directos como el Ferrari 458 Italia o un McLaren MP4-12C.