Norte y sur
Íbamos con la idea de que la Sierra no podía cruzarse de norte a sur. Otra suposición falsa. Si la preciosa carretera que lleva al Veleta hubiera estado abierta, habríamos descubierto, por la cara sur, otro itinerario no menos emocionante, por la GR-411, que asciende desde el corazón de La Alpujarra. Hoy ya no había tiempo de recuperar esa alternativa por el sur, pues requería bajar por la E-902 hacia Motril, tomar la A-348 hacia Lanjarón y, a la altura de Orgiva, desviarnos por la GR-421 hasta Pampaneira. Anda por aquí la huella de Chris Stewart, el primer batería del grupo musical británico “Genesis”, quien al poco tiempo de dejar solos a Peter Gabriel y Phil Collins decidió establecerse en las montañas de Granada y escribir una autobiografía novelada que os recomiendo: “Entre limones”, se llama.
Llegados a este punto, nos encontramos con una alternativa muy costosa y lejana, una carretera principal casi impracticable por exceso de tráfico, y una barrera bajada, que nos impide cumplir la cima. Un ser organizado habría sucumbido a esto, pero no un artista. Alex Puyol decide que es preciso detenerse en el Centro de Información que hay en la última gran paella a derechas antes de la estación, veinte curvas antes de llegar al gran aparcamiento de Sierra Nevada. Si es olfato de fotógrafo, intuición de artista o simple coincidencia, eso no lo sabremos nunca. Pero ahí, junto al Centro de Información –que provee de mapas y valioso material para el disfrute del Parque Natural- nace una misteriosa “carretera de montaña”, la A4025. El acceso está prohibido. La señal que lo indica –absolutamente provisional- no menciona que esté prohibida la circulación en ambos sentidos, y de hecho asoman de tanto en tanto prototipos camuflados y vehículos intensamente “electrificados” de un acreditado fabricante alemán. El entusiasmo del fotógrafo y la relativa desesperación del que suscribe, nos tientan en exceso… y por fin, a la escandinava, hacemos como que la señal no existe. No existe de hecho en condiciones normales (ya digo que es provisional), y no creo que tengamos que estar pagando carreteras con cargo al riñón común, para que las utilicen en exclusiva, y a fortísimo ritmo, amables probadores alemanes.