Potenciado hasta 591 CV
Su motor V8 ha sido potenciado hasta 591 CV a 6.800 rpm en esta versión “GT”. Así pues, gana 20 CV de potencia respecto al modelo “convencional”. No ha variado el par máximo, que se mantiene en 650 Nm a 4.750 rpm. Para conseguirlo solo ha sido necesario realizar pequeños retoques en la alimentación, que afectan a las medidas de la admisión, a la presión de la inyección y a su gestión electrónica. De esta manera, se ha incrementado la potencia específica hasta 95,2 CV/litro (92,0 CV/litro en el SLS de 571 CV).
A pesar de que los anagramas laterales exteriores marcan la cifra “6.3”, en realidad este motor atmosférico cuenta con 6.208 centímetros cúbicos. Está fabricado enteramente en aleación ligera, con la “V” dispuesta a 90º y tiene cárter seco, inyección indirecta de gasolina, admisión variable, cuatro válvulas por cilindro y distribución variable en admisión y escape.
Dicho propulsor tiene un peso de 205 kilogramos y está colocado en posición longitudinal, centrado por detrás del eje delantero, mientras que la caja de cambios está situada encima del eje posterior, disposición que ha permitido obtener un reparto de pesos del 47 por ciento sobre el eje delantero y el 53 por ciento restante sobre el trasero.
Cada motor está montado a mano por un solo mecánico en las instalaciones de AMG en Affalterbach (Alemania) y cuenta con una chapa personalizada con la firma de dicho operario.
Con semejantes cifras, el Mercedes SLS AMG GT acelera de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos (3,8 segundos la versión de 571 CV) y de 0 a 200 km/h en 11,2 segundos, mientras que la velocidad máxima está autolimitada electrónicamente a 320 km/h (317 km/h en el modelo convencional).
No hay variación ni en el consumo medio homologado (13,2 litros/100 km) ni en el nivel de emisiones de CO2 (308 gr/km).