Puesto de conducción con muchos mandos al alcance de la mano
El Porsche Panamera Diesel ofrece un envolvente puesto de conducción en donde todos los mandos quedan al alcance de la mano.
Las posibilidades de ajuste del asiento (con mandos eléctricos) y la adecuada amplitud de reglaje del volante (en altura y distancia) facilitan la labor a la hora de encontrar la posición de conducción idónea, resultando muy confortable en el uso cotidiano y también en un manejo plenamente deportivo.
Los asientos delanteros son muy cómodos por su forma y mullido, además de ofrecer una sujeción lateral satisfactoria.
El cuadro de instrumentación del Panamera recurre a las características “5 esferas” que también llevan los Porsche 911, entre las que se incluyen instrumentos analógicos y una pantalla en color de 4,8 pulgadas, cuyas diferentes funciones podemos ir seleccionándolas mediante los mandos multifunción situados en el volante.
La información es abundante y de fácil lectura, ofreciendo al conductor todos los datos necesarios para conocer el estado de la mecánica, el guiado del navegador, la selección del equipo de audio, el ordenador de viaje, el teléfono manos libres, las fuerzas “g”, el cronómetro y distintas funciones programables del vehículo.
Dicha información se completa con la pantalla táctil en color de 7” situada en la consola central, también muy abundante en información e intuitiva en su manejo.
En ella podemos visualizar el mapa de navegación, controles de teléfono “Bluetooth”, dispositivos de audio, cámara de marcha atrás, gráficos del control de distancias de aparcamiento y funciones del vehículo, en donde podemos seleccionar diferentes menús que nos muestran informaciones como las aceleraciones del vehículo (fuerzas “G” transversales y longitudinales en tiempo real y en valores máximos alcanzados), ordenador de viaje, brújula con altímetro, cronómetro, análisis de tiempos por vueltas en circuito y distintas funciones programables del vehículo (iluminación interior, replegado automático de los retrovisores, tiempo de conexión de las luces “follow me home”…), entre otras cosas.
Además, la consola central presenta un despliegue numeroso de mandos y controles al alcance del conductor, solución necesaria en un coche dotado con tantos dispositivos en su equipamiento (controles directos para un manejo directo).
Me gusta que el tamaño de todos los botones es más bien grande, facilitando así su accionamiento, además de estar agrupados de una forma lógica, con los mandos del equipo multimedia por un lado, los mandos de climatización por otro (con regulación de temperatura, caudal y zona de salida independiente para conductor y acompañante) y los mandos de control del vehículo situados más cerca del conductor (botones “Sport” y “Sport Plus”, reglaje de suspensión y desconexión de los controles de tracción y estabilidad).
La inclinación de la luna trasera reduce la visibilidad hacia atrás desde el puesto de conducción, aunque el generoso tamaño de los retrovisores exteriores suple con creces dicha carencia y permite controlar sin problemas lo que tenemos detrás.
Por lo demás, la visibilidad desde el interior es buena en toda circunstancia, incluso en conducción nocturna, en donde los faros de doble xenón con el sistema activo “PDLS” (“Porsche Dynamic Light System”), que se ofrece en opción (montado en nuestra unidad de pruebas), buscan con eficacia la adecuada orientación en las curvas y aportan una iluminación potente y eficaz en todo tipo de carreteras. Dicho equipo de faros lleva también integrados unos faros de esquina adicionales.