Rodando a fondo en circuito… la esencia del Porsche 911 GT3
Más de 30.000 victorias en competición son las que han hecho posible que Porsche pueda ofrecer a sus clientes un coche como el 911 GT3.
Su filosofía y puesta a punto están enfocadas directamente para su uso y disfrute en circuito, aunque las últimas generaciones del GT3 hayan hecho alguna concesión al confort para un uso más racional por carretera.
En Porsche afirman que el 80% de sus clientes de GT3 lo emplean con asiduidad para rodar en circuito y es habitual verlos reunidos en las proximidades de trazados míticos como el Nürburgring-Nordschleife o cualquier otro circuito del mundo.
En mi caso, he tenido ocasión de probar a fondo el Porsche 911 GT3 (Serie 991) en el no menos mítico circuito del Jarama, una pista muy técnica y exigente con la puesta a punto del coche, dada su combinación de curvas lentas y rápidas, pronunciados rasantes y trazadas con doble radio.
Solo hace falta girar la llave de contacto para que el GT3 nos empiece a poner los pelos de punta. El sonido de su escape deportivo exhala el rugido de un afinado motor bóxer de 476 CV de potencia (125,2 CV/litro), capaz de subir con una rapidez abrumadora hasta las 9.000 rpm, hasta el punto que nos obliga a estar atentos al cuentavueltas para no llegar al corte de inyección.
El motor empuja con mucha energía, la aceleración nos embriaga en todo momento y la aguja del velocímetro sube con una rapidez espectacular, ayudado por el sobresaliente funcionamiento del cambio “PDK”. Las marchas se suceden a un ritmo frenético y las levas situadas detrás del volante permiten una selección rápida y cómoda.
Que el nuevo Porsche 911 GT3 se ofrezca exclusivamente con el cambio robotizado “PDK” es un acierto, creedme (ya no está disponible con cambio manual). Ningún piloto, por bueno que sea, es capaz de seleccionar las marchas con tanta rapidez y precisión, permitiendo además el uso del pie izquierdo para frenar y obtener así tiempos por vuelta más rápidos.
Y qué decir del paso por curva… simplemente espectacular. El coche pisa con un aplomo superlativo y ambos ejes trabajan con un equilibrio ejemplar, permitiendo al conductor guiar el coche con una precisión absoluta por donde apunta con el volante.
El morro se inscribe con agilidad en las curvas más cerradas y su sobresaliente capacidad de tracción nos deja acelerar pronto, con la satisfacción de salir catapultados hacia la siguiente curva. El control de tracción y estabilidad nos permiten guiar el coche con más facilidad por el circuito, con la seguridad de que entrarán eficazmente en acción cuando cometamos algún error de apreciación en la conducción, sin tener sensación de que nos frenan antes de tiempo si conducimos fino.
No obstante, solo para aquellos que ya tengan muy buenas manos y sensibilidad con el acelerador, el Porsche 911 GT3 nos deja explorar aún más sus límites al desactivar el control de tracción “TC” y el control de estabilidad “ESC”, permitiéndonos trabajar con el deslizamiento al aplicar técnicas de conducción avanzada y obligándonos a dosificar bien todo el potencial para que el tren trasero no nos “adelante” a la salida de las curvas más cerradas.
Al volante, no sabemos distinguir cuándo está trabajando el control de guiñada “PTV Plus” o su nuevo sistema de dirección a las cuatro ruedas, pero apreciamos que la eficacia del 911 GT3 es extraordinaria, con un guiado muy ágil en las curvas lentas y un aplomo sobresaliente en las curvas rápidas, en donde transmite una confianza superlativa, que invita cada vez a pasar más rápido.
En pocos coches sentirás también una sensación de frenada tan poderosa. La unidad que he probado tenía los frenos originales de fundición y su eficacia no puede ser más satisfactoria. No solo tienen un mordiente extraordinario y un tacto ejemplar, fácil de dosificar, sino que además aguantan el trato exigente sin desfallecer a lo largo de las vueltas. Hasta el punto de que, el equipo de frenos carbono cerámicos “PCCB” que se ofrecen opcionalmente, tan solo me parece recomendable para aquellos que vayan a rodar ya “a ritmo de carrera”.
Se me agotan los adjetivos para describir un coche como el Porsche 911 GT3, un deportivo casi de competición, cuya eficacia es capaz de hacerte disfrutar de la conducción como en pocos modelos y acercarte a las sensaciones que experimentan los pilotos en un coche de carreras, aunque a cambio de hacerlo menos utilizable e incómodo en el uso cotidiano.
Ten claro que el 911 GT3 no es el modelo más indicado para utilizar a diario. Para eso, te recomiendo mejor un 911 Carrera S o un 911 Turbo.