Segundo título para Caracciola
En la temporada de 1937, Rudolf Caracciola tiene como nuevo compañero en Mercedes-Benz a Hermann Lang, quien llegaría a disputarle la primacía en el equipo.
El arranque de la competición se produce en el Grand Prix de Trípoli y es el joven Lang quien se adjudica la victoria, superando para ello también a Bernd Rosemeyer, que defiende los colores de Auto-Union. El nuevo Mercedes W125 marca una velocidad media de 212,4 km/h, asombrosa aún hoy si se tiene en cuenta las paradas para repostaje y limitaciones de frenos y neumáticos de la época.
Mercedes también domina el siguiente GP de Avus Rennen, superando de nuevo a sus rivales de Auto-Union. Para conseguirlo recurren a una nueva carrocería más aerodinámica (“Streamliner”) montada sobre sus monoplazas, que les permite a sus pilotos, Rudolf Caracciola, Manfred von Brauchitsch y Hermann Lang obtener la victoria en las tres mangas disputadas, a una velocidad media de 250, 258 y 262 km/h respectivamente. Por entonces, Avus era el circuito más rápido del mundo, con sus dos largas rectas y una imponente curva peraltada a 43,6 grados, lo que permitió a Lang marcar una velocidad punta de 390 km/h durante el Grand Prix.
La marca de los cuatro anillos, también en el máximo estadio de desarrollo, contraatacaba en las siguientes carreras y Bernd Rosemeyer vencía tanto en el carrera de Eifelrennen (Nürburgring) como en la Copa Vanderbilt americana. Una semana después Auto-Union alcanza además los dos primeros lugares en el Grand Prix de Bélgica, con Rudolf Hasse y Hans Stuck pilotando sus Tipo C 6.0 V16.
A partir de ahí, el signo de la victoria iba a aliarse con Caracciola, que obtenía su primer triunfo de la temporada en el Grand Prix de Alemania, disputado en Nürburgring, en donde sufría un accidente mortal el piloto de Auto-Union, Ernst von Delius.
Cuando llega el siguiente Grand Prix de Mónaco, los espectadores van a presenciar uno de los mayores duelos entre pilotos del mismo equipo. Rudolf Caracciola y Manfred von Brauchitsch se disputan la victoria en la parte final de la carrera, desoyendo las órdenes de Alfred Neubauer, el voluminoso patrón de la marca de Stuttgart que teme una catástrofe.
La fiereza de la pelea quedó reflejada en la pintura de Alan Fearnley, “Duelo en el Beau Rivage”, una obra maestra de la pintura deportiva.
Aunque Caracciola marca su vuelta rápida a una media de 107,5 km/h y Von Brauchitsch le acaba dejando pasar, una parada adicional para cambiar sus destruidos neumáticos le relegan finalmente a la segunda posición y Von Brauchitsch es el vencedor, mientras que el podio lo completa el tercer Mercedes W125 pilotado por Christian Kautz.
Tras esa derrota inesperada de Mónaco, Rudi Caracciola vuelve a ganar en tres carreras consecutivas, los Grand Prix de Suiza, Italia y Checoslovaquia, en donde los bólidos de Mercedes-Benz dominan con superioridad.
Fueron grandes batallas entre las dos marcas germanas y, pese a que en el Grand Prix de Donington la victoria se inclinó del lado de Bernd Rosemeyer y su Auto-Union, los títulos de Campeón de Europa y Alemania acabaron en manos de un Rudolf Caracciola totalmente recuperado, que ese mismo año contraía nuevo matrimonio con Alice Hoffman.