Suspensión activa, frenos cerámicos y ayudas electrónicas ajustables
Todos los elementos del McLaren Senna han sido diseñados para ofrecer la máxima conexión entre el piloto y la máquina, además de alcanzar una eficacia superlativa sobre el asfalto de un circuito.
Para conseguirlo, McLaren ha desarrollado un afinado chasis en el cual destacan su sistema de suspensión activa “RCC II”, los frenos con discos carbono cerámicos, los neumáticos de tipo “semi-slick” y sus ayudas electrónicas a la conducción con posibilidad de ajuste.
La suspensión del McLaren Senna está configurada por dobles triángulos superpuestos en cada rueda, que cuentan con el sistema de ajuste activo “RCC II” (“RaceActive Chassis Control”) de segunda generación (estrenado por primera vez en el McLaren P1).
Dicha suspensión “RCC II” sustituye las tradicionales barras estabilizadoras por un sistema estabilizador denominado “K-damper”, que permite contener los movimientos de la carrocería de forma activa mediante unos amortiguadores adaptativos interconectados hidráulicamente y con gestión electrónica.
Además, se encarga de controlar de manera independiente y activa cada una de las ruedas, regulando la dureza de la amortiguación (en compresión y extensión), controlando el balanceo y cabeceo de la carrocería y ajustando la altura del vehículo en función del modo de conducción seleccionado (“Normal”, “Sport”, “Track” y “Race”).
De esta forma, en el programa “Race”, la suspensión adaptativa “RCC II”, rebaja al máximo la altura del vehículo y adopta el reglaje de amortiguación menos flexible para ofrecer la máxima eficacia en circuito.
Asociado al sistema de suspensión “RCC II”, encontramos una función que permite sobreelevar la altura libre al suelo del eje delantero hasta una velocidad de 60 km/h, incrementando así su facilidad para maniobrar en rampas y desniveles.
Para aprovechar al máximo las ventajas de la suspensión adaptativa y la aerodinámica activa, el McLaren Senna cuenta con unos neumáticos de tipo “semi-slick” (Pirelli P Zero Trofeo R “MC1”) específicamente puestos a punto para este deportivo extremo.
Su medida es 245/35 ZR19 en el eje delantero y 315/30 ZR20 en el eje trasero y están montados sobre unas llantas de aleación ultraligera que tienen fijación monotuerca.
El equipo de frenos recurre a discos flotantes, ventilados y perforados, que tienen el disco de fricción en material carbono cerámico y un diámetro de 390 mm en las cuatro ruedas, mordidos por pinzas fijas monobloque de aluminio con seis y cuatro pistones respectivamente.
El desarrollo de las ayudas electrónicas completa el trabajo realizado en el afinado chasis del McLaren Senna, que modifica el nivel de actuación del control de tracción y estabilidad en función del modo de conducción seleccionado (“Normal”, “Sport”, “Track” y “Race”).
Además, el McLaren Senna cuenta también con el denominado “Variable Drift Control” (“Control Variable de Derrapada”), estrenado en el McLaren 720S con el que comparte muchos elementos mecánicos.
Dicho dispositivo permite al conductor regular a su gusto el grado de deslizamiento del control de tracción y el umbral de actuación del control de estabilidad. El ajuste del “Variable Drift Control” se realiza mediante un gráfico específico habilitado en la pantalla táctil del equipo multimedia y únicamente es posible cuando están activados los modos de conducción “Sport” o “Track”.