Un chasis de nivel
Además de la carrocería, también la dirección, la suspensión y el equipo de frenos han cambiado en los Porsche 911 para configurar un chasis de primer nivel y ofrecer un salto adicional en eficacia.
Los nuevos modelos estrenan una dirección electromecánica que persigue la finalidad de reducir el consumo sin mermar el tacto y precisión de giro. En Porsche entienden que el coche circula en línea recta el 90 % del tiempo y, por eso, es un dispendio energético contar con una bomba hidráulica que está en permanente funcionamiento. Con la nueva dirección electromecánica han conseguido que el sistema consuma energía sólo cuando se produce el giro y, además, permite variar el grado de asistencia en función del uso que estamos realizando.
En el apartado suspensiones, Porsche anuncia un paso importante en aligeramiento de sus elementos y en su dinámica de funcionamiento. En el eje delantero se recurre a una nueva estructura de columnas McPherson que ha ensanchado la vía nada menos que 46 mm en el Carrera y 52 mm en el Carrera S. Para el eje trasero se ha diseñado una estructura multibrazo de paralelogramo deformable con subchasis de esquema LSA (ligero, estable y ágil), con el cual han reducido los movimientos de cabeceo y balanceo en aceleración. Buena parte de las piezas están realizadas en aluminio, reduciendo así el peso del conjunto y de las masas no suspendidas.
Y en el apartado de frenos, han adoptado nuevos equipos a la altura de las mayores prestaciones. Así pues, los nuevos 911 siguen contando en las cuatro ruedas con pinzas monobloque de aluminio y con discos de freno autoventilados y perforados (para ofrecer un mejor rendimiento sobre mojado), aunque ahora son de mayores dimensiones. El Carrera lleva cuatro discos de 330 mm de diámetro (los delanteros de mayor anchura), mordidos por pinzas de cuatro pistones que están pintadas en color negro. En el Carrera S se recurre a nuevas pinzas de seis pistones en el eje delantero y cuatro en el eje trasero, sobre discos de 340 mm de diámetro delante y 330 mm detrás. Es fácil de diferenciar a simple vista al llevar las pinzas pintadas en color rojo.
Como en la anterior generación, el equipo de frenos cerámicos (PCCB – Porsche Ceramic Composite Brakes) está disponible en opción. Se compone de cuatro discos flotantes realizados en compuesto cerámico que están autoventilados y perforados. Tienen 350 mm de diámetro en las cuatro ruedas y se distinguen por sus pinzas pintadas en color amarillo, con seis bombines en el eje delantero y cuatro en el trasero. Dichos discos cerámicos están orientados para un uso intensivo, especialmente en circuitos, al ser un 50 por ciento más ligeros que unos similares de fundición gris y ofrecer una extraordinaria resistencia al sobrecalentamiento.
Un detalle del meticuloso trabajo realizado por los ingenieros de la marca es que las pinzas de freno de los nuevos 911 se han posicionado algo más bajas respecto al suelo, contribuyendo así a reducir un poquito más el centro de gravedad de las masas no suspendidas para que la amortiguación trabaje con una menor sobrecarga.