Un chasis “N” bien adaptado para conducir al límite
Como el resto de los modelos desarrollados por el departamento “N” de Hyundai, el nuevo i20 N cuenta con un afinado chasis en el que los ingenieros han aprovechado los conocimientos extraídos por “Hyundai Motorsport” en el Mundial de Rallies WRC.
De hecho, este modelo sirve como base directa para la construcción del nuevo Hyundai i20 Rally2 de competición (para las categorías WRC 2 y WRC 3) y ha sido diseñado desde los primeros bocetos con soluciones que permiten optimizar el desarrollo y eficacia de la versión de carreras, aprovechando así la sinergia del departamento de competición y la división “N” de la marca coreana para confeccionar un afinado coche de calle y un competitivo coche de carreras.
Pequeño en tamaño pero tremendamente excitante en prestaciones y comportamiento, el Hyundai i20 N de calle cuenta con unas suspensiones de tarado específico y adaptadas a sus explícitas pretensiones deportivas, además de contar con un chasis que ha sido reforzado en 12 puntos diferentes para ofrecer una mayor rigidez estructural.
La suspensión delantera presenta un renovado esquema McPherson (“N Power Sense Axle”), con manguetas y copelas reforzadas, cinco puntos de fijación en las ruedas y una geometría específica en esta versión deportiva (acentuando la caída negativa).
En el eje trasero semi-independiente encontramos un eje torsional “CTBA” (“Coupled Torsion Beam Axle”) con brazos tirados, contando en su conjunto con una carrocería rebajada en altura 10 mm respecto al resto de versiones i20 (la distancia mínima de la carrocería al suelo es de 130 mm en el Hyundai i20 N).
Amortiguadores, muelles y una barra estabilizadora delantera menos flexibles, junto a unos casquillos elásticos más duros configuran un conjunto de suspensión firme, que contiene con eficacia los movimientos de carrocería y aporta una estabilidad excelente en el paso por todo tipo de curvas.
La dirección tiene asistencia eléctrica “C-MDPS” (“Column mounted Motor Driven Power Steering”) y lleva el motor eléctrico montado en la propia columna de dirección, para optimizar así el tacto deportivo.
Además, permite seleccionar su grado de asistencia mediante el dispositivo “N Grin Control”, ofreciendo tres posibles reglajes (“Normal”, “Sport” y “Sport +”) para adaptarse a los gustos particulares o puntuales del conductor en cada situación.
Su desmultiplicación ha sido revisada (12,0 a 1 en el i20 N en lugar de 12,4 a 1 en el i20) para hacerla más directa y cuenta con tan solo 2,2 vueltas de volante. Con ello se ha conseguido un tacto que resulta muy informativo en cualquiera de sus ajustes, aunque un diámetro de giro de 10,8 metros nos deja ver que su capacidad de giro está pensada más para disfrutar de la conducción en carretera o circuito que para maniobrar en ciudad (teniendo en cuenta su tamaño de carrocería).
Las prestaciones que ofrece este “pequeño” Hyundai i20 N exigían también un equipo de frenos sobredimensionado y los ingenieros de Hyundai N no han escatimado a la hora de establecer el tamaño de los discos de freno, los delanteros ventilados de 320 x 28 mm (diámetro x espesor) y los traseros macizos de 262 x 10 mm, mordidos en las cuatro ruedas por pinzas monopistón de construcción flotante que están pintadas en color rojo (con el anagrama “N” en el eje delantero).
Esto supone que los discos delanteros del Hyundai i20 N han crecido 40 mm de diámetro respecto a los empleados en cualquier otra versión del nuevo Hyundai i20.
Dicho equipo de frenos se encuentra en el interior de unas llantas de aleación de 18” con diseño específico, montadas sobre neumáticos Pirelli P Zero en medida 215/40 R18 con el distintivo “HN” (“Hyundai N”), que han sido afinados específicamente por Pirelli para este coche.