Un chasis preparado para rodar al límite
Las dimensiones exteriores del F 458 Spider son idénticas a las del F 458 Italia, excepto la altura: mide 4.527 mm de largo, 1.937 mm de ancho y 1.211 mm de alto, es decir, dos mm menos que la “berlinetta” cerrada.
Para no perder rigidez respecto a la versión cupé, el trabajo realizado en su chasis de aluminio ha sido profundo, reforzando las partes críticas en las cuales pudiera mermar su rigidez estructural, que se ha incrementado en torno a un 23 por ciento respecto al anterior Ferrari 430 Spider. La carrocería también ha sido optimizada y consigue una eficiencia aerodinámica que mejora un 12 por ciento frente al modelo al que ha sustituido.
La suspensión, de paralelogramo deformable en ambos ejes, lleva amortiguación variable magnéticamente de segunda generación (SCM2). Dicha Suspensión de Control Magnetoreológico con gestión electrónica cuenta con una centralita de mando que ha optimizado su tiempo de respuesta (8 milisegundos) y unos amortiguadores con guía de vástago lubricada que reduce hasta un 35 por ciento el rozamiento interno. Con todo esto se obtiene una mayor capacidad de absorción de las vibraciones, una rigidez vertical más elevada (un 35 por ciento respecto al anterior F 430), un menor efecto de balanceo y una relación de dirección más directa que disminuye el esfuerzo necesario para manejar el volante.
En el equipo de frenos no se han escatimado medios y tiene de serie unos enormes discos ventilados flotantes en material carbono cerámico (los mismos que lleva el F 458 Italia). Los delanteros tienen unas dimensiones de 398 x 36 mm (diámetro x grosor), mientras que los traseros son de 360 x 32 mm. Las pinzas monobloque de aluminio son fijas en las cuatro ruedas y están desarrolladas conjuntamente con los especialistas de Brembo. Las del eje delantero tienen seis pistones, mientras que las ruedas traseras están mordidas por pinzas de cuatro pistones. Su potencia de retención es tal que Ferrari anuncia una frenada desde 100 km/h en 32,5 metros y desde 200 km/h en 128 metros.
El F 458 Spider no solo cuenta con todas las ayudas electrónicas propias de un automóvil moderno sino que la puesta a punto ha sido llevada hasta sus extremos para obtener la mayor eficacia, con calibración específica para superficies de baja, media y elevada adherencia. Así pues, el ABS, el control de tracción y el control de estabilidad “CST” varían sus leyes de actuación en función del programa de uso seleccionado por el conductor mediante el mando situado en el volante, conocido como “manettino”. El control de tracción “F1-Trac” aporta la máxima capacidad de aceleración en función de la adherencia, mientras que el diferencial autoblocante trasero de tercera generación “E-Diff3” distribuye de modo inteligente (controlado electrónicamente) el par entre las ruedas traseras para incrementar la agilidad de guiado del F 430 Spider en la entrada y la salida de las curvas.
Además de todo esto, el Ferrari 458 Spider hace gala de un reparto de pesos que le permite ofrecer una fidelidad de guiado excelente y una motricidad ejemplar, recayendo el 42 por ciento de su peso sobre el eje delantero y el restante 58 por ciento sobre las ruedas traseras.