Un coche muy bien hecho y con mucho equipamiento disponible
El nuevo Boxter ofrece un puesto de conducción excelente, con todos los mandos mejor agrupados y accesibles en la nueva consola central (con un diseño inspirado en la consola del Porsche Carrera GT).
El puesto de conducción es ahora más envolvente, pero mantiene la amplitud necesaria para no tener sensación de estrechez o agobio por falta de espacio. Nuestra unidad de pruebas tenía reglaje eléctrico en altura y distancia para el volante y permitía un ajuste sencillo y preciso para situarlo en la posición perfecta. Nada que objetar en contra de los asientos de corte deportivo que lleva de serie. En opción puede llevar unos bacquet más envolventes, pero los de serie resultan también cómodos y ofrecen una sujeción lateral más que suficiente para realizar una conducción a fondo sin complejos.
La nueva instrumentación se lee con facilidad y cuenta con dos esferas analógicas (velocímetro y cuenta vueltas) y una nueva pantalla multifunción en color en donde visualizamos los distintos menús disponibles: ordenador de viaje, navegador, audio, teléfono, además de información adicional como el nivel del depósito de combustible, temperatura del agua, presión de aceite, indicador de aceleraciones longitudinales y transversales (fuerzas “G”) o el cronómetro digital con el paquete “Sport Chrono”.
El nivel de acabado es simplemente exquisito, por calidad de terminación, ajuste de todos los elementos y empleo de materiales de agradable tacto general. Como es habitual en la marca alemana, la lista de opciones nos permite una personalización completa del vehículo, pudiendo elegir el tipo y color de tapicería, las molduras interiores (aluminio, madera o carbono), el color de los guarnecidos o el color de los cinturones de seguridad entre otras muchas cosas.
En cuanto al equipamiento disponible, el nuevo Boxster viene acompañado de una lista de opciones interminable y exige echarle muchos extras a su escaso equipo de serie. Alguno de ellos es especialmente recomendable, como la amortiguación de dureza variable “PASM”, el diferencial autoblocante con reparto de par variable “PTV”, el cambio automatizado “PDK” o el paquete “Sport Chrono” (que mejora las prestaciones y el comportamiento). Otros pueden resultar tan prescindibles como apetecibles, como los asientos ventilados, los asientos bacquet “Plus” con 18 reglajes eléctricos, los frenos carbono cerámicos “PCCB”, el sistema de escape deportivo o las llantas de aleación de 19 y 20 pulgadas de diámetro. Y también hay otros elementos opcionales que el Boxster debería incluir ya en su equipamiento de serie, como el climatizador automático, los faros bixenón orientables en curva, los retrovisores exteriores con reglaje eléctrico o las levas del cambio secuencial “PDK” detrás del volante.
Con todo esto, no es de extrañar que al precio base del Boxster haya que sumarle aproximadamente otros 12.000 euros más en elementos opcionales para dejarlo en condiciones, detalle que se hace duro en un coche que no es precisamente barato, aunque la exclusividad siempre ha tenido un precio “elevado”.