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El nacimiento de una afición

Un relato de El Abuelete del M3 - 12 octubre 2011

Una anécdota para el recuerdo

Para hacernos una idea de la precariedad e improvisación del montaje del “Circuito de la Ciudad Universitaria” viene a mi memoria una anécdota muy divertida que ocurrió la noche anterior a la prueba.

Con la intención de facilitar el control de afluencia, a la “organización” se le ocurrió la genial idea de tapiar con rasillas el arco del Puente de los Franceses, bajo el cual discurría la antigua Carretera del Pardo. Eran los tiempos en que los nombramientos y ceses políticos se comunicaban a través “del motorista del Pardo”, que era el encargado de entregar los sobres a aquellos personajes de “adhesión inquebrantable”, con la alegría o el susto de su vida en el interior.

Y aquella noche, después de entregar algún sobre, el motorista regresaba a El Pardo con su “Zündapp» (aquella moto mítica, de origen alemán, cuyo olor característico aún recuerdo como si fuera de hoy mismo), su tabardo de cuero, sus gafas estilo “General Rommel” y un casco, mitad orinal y mitad chichonera con los que arremetió contra aquel tabique improvisado, ayudado por las luces “doble xenón” de su moto.

No se mató porque la chichonera funcionó milagrosamente, pero el hueco que dejó en la tapia obligó a situar un guardia durante la celebración de la prueba para evitar el coladero.