Victoria bajo el diluvio
La temporada de 1936 tendrá luces y sombras para “Rudi”, nombre cariñoso con el que se referían a él los amigos de Caracciola. Ese año, el piloto alemán inicia una relación amorosa con Alice Hoffman, ex novia de su amigo Louis Chiron, una mujer de extraordinaria belleza, considerada como la mejor experta en cronometraje de la época.
En el GP de Mónaco, bajo un auténtico diluvio, conduce su Mercedes W25 4.7 S-8 hacia el único triunfo de la temporada y obtiene una de sus mejores victorias. Lo hace magistralmente, superando a los Auto-Union Tipo C 6.0 V16, pese a que el Mercedes W25 padece ya ciertos problemas de competitividad (detenida su evolución por el reciente fallecimiento de Hans Nibel), a pesar de contar con una potencia de 494 CV a 5.800 rpm.
La prueba arranca en medio de un impresionante aguacero al que se suma después la pérdida de carburante de los bólidos de Mario Tadini (Alfa Romeo 8C/35) en la primera vuelta y de Philippe Étancelin (Maserati V8 RI) en la vuelta 37.
Esta circunstancia propicia que, en la segunda vuelta, se produzca la salida de pista del propio Tadini, que se estrella contra una barrera de sacos terreros, dando comienzo a un escenario de desastre en el que, además del Mercedes W25 de Louis Chiron, iran sumándose después hasta cuatro participantes con sus monturas.
Aunque intactos, los Auto-Union Tipo C 6.0 V16 de Achille Varzi y Hans Stuck resultan perjudicados, al no poder desplegar su poderío mecánico sobre la mezcla de combustible y agua que los hace inconducibles. El propio Bernd Rosemeyer estrella su Auto-Union contra un muro de piedra en la ascensión al Hotel de París.
A consecuencia de ello, los rivales de Caracciola, con la opción de cambio limitada apenas a dos marchas, verán alejarse el triunfo cuando comprueban que “Rudi”, en su estrategia de carrera, hará una parada menos en boxes.
El Mercedes W25 de Caracciola se impone a sus poderosos rivales de Auto-Union (Varzi 2º y Stuck 3º) y al siempre batallador Tazio Nuvolari, que sitúa en 4ª posición su menos potente Alfa Romeo 8C/35 3.8 S-8.
No obstante, el mayor triunfo para Rudolf Caracciola lo representa el enfrentarse en cada una de las cien vueltas del Grand Prix de Mónaco a ese muro del “Bureau du Tabac” causante de su lesión en 1933.
Al finalizar la temporada de 1936, el título de Campeón de Europa pasa a manos del joven Bernd Rosemeyer, que impone la superioridad del Auto-Union Tipo C 6.0 V16, capaz de alcanzar velocidades punta de hasta 340 km/h gracias a los 520 CV a 6.000 rpm que desarrolla su motor de 16 cilindros.