Respecto al Mini estándar, hasta el momento el único “coupé” de la marca, esta nueva versión prácticamente no varía la longitud, apenas 5 imperceptibles milímetros. El ancho es el mismo, y la cota que más cambia es la altura, en la que pierde 29 milímetros. Aunque también es poco, el diseño del techo y el efecto estético que provoca hacen que la diferencia sea más abultada a la vista que con el metro en la mano, sobre todo por ese tercer volumen novedad en la marca británica. Para no comprometer la cota de altura, Mini ha practicado unos rebajes sobre las plazas delanteras –moldeado elíptico- para compensar en parte esa pérdida.
Al margen de las diferencias estéticas, el factor más notable de esta carrocería es que se pierden las plazas traseras; así el Mini se convierte en un roadster muy peculiar, ya que por dimensiones no hay ahora mismo en el mercado coches comparables si además miramos el precio; hay que mirar al extinto Smart Roadster Coupé, que ya no se vende, o a cosas también efímeras y mucho más caras como el Z4 Coupé o el radical y caro Lotus Exige; así las cosas, si te haces con un Mini Coupé vas a contar con la carrocería más exclusiva del mercado: biplaza, coupé y bastante menos de cuatro metros. Esta condición de biplaza aporta dos grandes novedades: Una, que queda un espacio tras los asientos delanteros para dejar objetos o prendas de ropa de tamaño medio; hasta una bolsa de deporte pequeña cabría; dos, que el maletero crece hasta los280 litros, 120 más que el Mini 3 puertas. Y además, entre habitáculo y maletero hay una trampilla con cerradura que permite comunicar ambos espacios, aunque no caben eskis.
Como añadido, la bandeja trasera tiene una llamativa forma que se puede extraer, ya que va partida en dos. No hay opción para llevar objetos en el techo, pero sí unas barras para llevar equipaje sobre el maletero, al más puro estilo roadster. En resumen, más posibilidades para cargar con el equipaje para escapadas en solitario o en compañía, y más agresividad estética gracias a la forma del techo.
El techo es de color distinto a la carrocería en cualquier caso, se puede elegir entre negro, plateado o rojo. Al igual que en otros Mini, se pueden colocar franjas de pintura en el morro, colocar pilotos oscurecidos o montar el paquete aerodinámico que lleva de serie el John Cooper Works.