Guardaba muy buen recuerdo de la primera vez que pude probar a fondo el Audi R8 4.2 FSI quattro, en el circuito italiano de Vairano. Y he de decir que, este R8 con la carrocería “Spyder”, me ha vuelto a enamorar.
Aparte de los detalles estéticos (cada uno que valore el diseño como crea conveniente), lo cierto es que este deportivo de Audi es un coche que lo tiene todo a nivel dinámico: es muy preciso en su guiado, es rápido, es eficaz, muy divertido de conducir e, incluso, realmente asequible en su conducción, algo de agradecer cuando llevas 430 CV empujando a 7.900 rpm. Poco más se le puede pedir.
Para aquellos que quieran disfrutar a fondo en conducción sobre circuito y de las prestaciones al límite, mi recomendación sería el R8 Coupe, pero lo cierto es que la versión “Spyder” apenas difiere en su comportamiento y cualidades deportivas, con la ventaja añadida de poder disfrutar de la conducción a cielo abierto. Eso sí, a cambio de un lastre adicional de 105 kg (en refuerzos estructurares y mecanismos de la capota practicable) que se dejan notar en las prestaciones, el consumo y también en cualquier medición frente a la imparcialidad de un cronómetro.
Pero que nadie piense que el R8 Spyder 4.2 es un coche “de paseo”. Sorprendentemente, la ingeniería ha permitido que este coche de 1,8 toneladas de peso en orden de marcha se mueva con una agilidad sorprendente sobre cualquier tipo de carretera, necesitando muchas manos al volante, experiencia y buena cabeza para ser capaces de extraer todo lo que puede llegar a ofrecernos a nivel dinámico.
Además, como era de esperar en un producto de su precio, es un coche muy bien hecho, que puede llevar abundante equipamiento y que es capaz también de agradar a nuestro acompañante, al no maltratar en exceso su confort de viaje y “acariciarle” con un suave cuero napa de primera calidad. El conductor doy por hecho que siempre irá disfrutando.
Así pues, con el R8 Spyder 4.2 FSI tenemos diversión asegurada cuando le damos “vidilla” al acelerador y también podemos deleitarnos con la brisa del aire o la belleza del paisaje en conducción descapotada por una carretera de montaña. En conducción a fondo o a ritmo de paseo resulta un coche plenamente satisfactorio.
Respecto a su bien “armada” competencia, tan solo el Chevrolet Corvette Grand Sport Cabrio (436 CV) o el nuevo Porsche 911 Carrera S Cabriolet (400 CV) son capaces de rivalizar en determinados aspectos dinámicos con el Audi R8 Spyder, gracias a su menor peso. Otros como el Jaguar XKR 5.0 V8 Convertible (510 CV) o el Maserati GranCabrio (439 CV) son claramente más “de paseo” que el modelo de Audi, aunque en prestaciones anden a la par.