A partir del otoño de 2012, Mazda empezará a comercializar su gama MX-5 con leves cambios en el diseño exterior y pequeños retoques mecánicos que afectan a la seguridad pasiva y a las sensaciones de conducción que transmite.
Las novedades estéticas afectan principalmente a la parte delantera, que recibe una parrilla frontal de mayor tamaño, rejilla con forma de panal de nido de abeja, nuevas líneas en torno a los faros antiniebla y un faldón más pronunciado. La marca japonesa afirma que dichos cambios mejoran el nivel aerodinámico del MX-5.
En el interior tan solo cambia el tipo de molduras decorativas del volante, puertas y salpicadero, según Mazda, para aportar un toque de “refinamiento”.
A nivel mecánico, todas las versiones reciben un nuevo dispositivo de seguridad pasiva para la protección de los peatones. El denominado “capó activo” se levanta unos centímetros (en la parte próxima al parabrisas delantero) en caso de atropello, permitiendo así suavizar el golpe (absorbe mejor la energía del impacto) y minimizar sus consecuencias en la medida de lo posible.
En la gama 2012 se introduce un nuevo acelerador electrónico que distingue entre cuánto está pisado el pedal y con qué rapidez es pisado, aportando así una respuesta del motor más directa en conducción de estilo deportivo y más progresiva en conducción suave. La bomba del servofreno también recibe retoques para ofrecer un mejor tacto al frenar, especialmente en situaciones de frenada en curva.
Este descapotable biplaza seguirá estando disponible en versión con techo de lona (MX-5 Soft Top) y con techo duro practicable (MX-5 Roadster Coupe), manteniendo también los mismos motores 1.8 16V (126 CV a 6.500 rpm) y 2.0 16V (160 CV a 7.000 rpm).
Probablemente, estas serán las últimas modificaciones que realice la marca japonesa sobre el actual MX-5 (tercera generación), modelo que apareció en el mercado en noviembre de 2005, mostró su primer rediseño a finales de 2009 y será sustituido por un MX-5 completamente nuevo en 2014 (cuarta generación).