El nuevo Seat León (tercera generación) verá la luz a finales de 2012, pero su versión más deportiva se hará esperar al menos otro par de años. Así que, el actual León Cupra R 2.0 TSI (265 CV) seguirá siendo el coche más potente y deportivo de la marca española durante algún tiempo.
Enfrente tiene un elenco de rivales bien preparados, algunos de ellos también en su fase final de comercialización (Audi S3 o Volkswagen Golf R) y otros recién llegados (Ford Focus ST 2.0 y Opel Astra OPC).
Respecto a todos ellos, el León Cupra R no me parece que destaque en nada especial, aunque tampoco tiene nada que envidiarles a nivel mecánico. Los más exigentes tan solo podrán echar en falta ciertos elementos de equipamiento que no ofrece ni en opción, como el asistente de luz de carretera, el aviso de cambio involuntario de carril, el sistema de apertura y arranque sin llave o un sistema de suspensión adaptable.
Comparte motor y buena parte de los elementos mecánicos con el Audi S3 y el Golf R, aunque no presenta el mismo nivel de terminación. Tanto el S3 como el Golf ofrecen revestimientos de mejor calidad percibida y pueden tener un equipamiento más abundante, aunque también a costa de un precio mucho más abultado.
No obstante, el León Cupra R lleva de serie todo lo necesario para resultar plenamente satisfactorio y muestra unas cualidades dinámicas adecuadas para disfrutar en una conducción plenamente deportiva. La denominación “R” se ajusta a su planteamiento “racing”, con suspensiones “duras”, potente frenada y enérgica “patada” del motor en cualquier circunstancia.
Además, gracias a su funcional carrocería de cinco puertas, aprovechable volumen de maletero, agradable tacto de conducción y adecuada respuesta del motor en todo momento, este coche me ha parecido plenamente utilizable en el uso cotidiano, siempre que nuestra mente esté dispuesta a “soportar” su dureza de suspensiones y nuestro cuerpo lo aguante.