Conducir bajo amenaza (vídeos)
Normalmente no solemos ser muy críticos con lo que nos encontramos en la carretera. Desde que giramos la llave de contacto y hasta que bajamos del coche, nos exponemos a varios peligros que asumimos con naturalidad en el día a día. El tráfico, la meteorología, el estado del vehículo, algún que otro cafre en lotananza… cosas veredes, que diría aquel, cuando lo ponemos en comparación lo que sucede en otros países, en los que girar la llave de contacto es una odisea que encierra mucho más que eso.
Rusia: el país de las cámaras embarcadas
Si es usted uno de esos seres extraños que mira vídeos de coches por Internet es muy probable que haya terminado en algún momento viendo las hazañas de un conductor ruso. Y no es por casualidad. Sólo en Rusia, sin contar el resto de ex repúblicas de la URSS, se calcula que ahora mismo un millón de conductores llevan cámaras apuntando hacia adelante en sus coches, que filman en sus tarjetas de memoria absolutamente todo lo que pasa en los trayectos. Cosas por ejemplo como esta:
¿Cómo es posible? Todo es un asunto de seguridad:
– Inseguridad con el tráfico: En aquel lugar es muy habitual que haya conductores que circulan sin seguro, y que ante cualquier accidente se dan a la fuga o que simplemente se enfrenten con violencia al otro damnificado. Las cámaras son un excelente medio para demostrar de quién fue la culpa o inculpar a alguien que quiere hacerse el sueco en Rusia. Por ejemplo:
– Inseguridad ante la policía: Es común en estos lugares que la policía, como ocurre en las repúblicas bananeras más o menos lejanas, se comporte como antaño cobrándose impuestos y prebendas obligatorias a cambio de no acabar con una buena multa o peor todavía inculpado injustamente en algo que no se ha hecho. El efecto disuasorio de la cámara frente a los abusos de la autoridad es imprescindible.
– Inseguridad ante los peatones: Aunque parezca mentira, en Rusia es habitual que gente sin recursos, desesperada, o simplemente con más cara que espalda se lance a la carretera para sufrir lesiones y así cobrar la indemnización. Las aseguradoras recomendaron instalar cámaras para demostrar el engaño. ¿Qué no me cree? Vea este vídeo.
La proliferación masiva de cámaras en este peculiar país está comenzando a convertirse en un auténtico movimiento ciudadano que se defiende contra el salvajismo de las autoridades y del prójimo. Tras una época de alegalidad, se han asumido con naturalidad y nadie se plantea prohibirlas. Hay páginas web donde los usuarios suben sus vídeos y comentan o hacen públicas sus denuncias, y están consiguiendo generar un clima de opinión que al menos está frenando los abusos indiscriminados al volante.
Como efecto colateral, los ciudadanos de ciertos lugares del mundo, aparte de darnos cuenta de que vivimos en lugares privilegiados, tenemos testimonio directo de situaciones increíbles, pero ciertas.
Y no sólo eso. Las cámaras en los coches se están convirtiendo en una fuente informativa pura, que capta momentos asombrosos o sorprendentes que no estaban previstos. Sin ir más lejos, la salida de pista de un Tupolev en Moscú estas pasadas navidades:
Y por supuesto, llegando a anteayer, la caída del meteorito en una remota región de los Urales. Gracias a las cámaras en los coches hemos podido notificar desde muchos puntos de vista que efectivamente cayó un artefacto de un tamaño respetable, y además asistir a su explosión por la fricción con la atmósfera, generando un enorme desaguisado entre los habitantes del lugar.
Claro que también siempre habrá algún cafre que aproveche la laxitud en las normas y el control para presumir de cómo se juega a la ruleta rusa, nunca mejor dicho, la vida propia y ajena.
La cuestión es que no es de extrañar que en un futuro no muy lejano todos llevemos una cámara embarcada en nuestro coche para informar, protegerse, vigilar… y posiblemente que nos vigilen. Algunas marcas de productos de posventa ya las tienen. De momento, y parafraseando a la película… hay otros mundos, pero están en este (en el Este).
martes, 19 febrero 2013 a las 18:43
Juer !!
Hemos pasado del «Far West» americano al «Far East» ruso, en donde conducir se convierte en un auténtico ejercicio de atención, autoprotección y supervivencia.
Cada uno de estos videos se podría titular «Desde Rusia con horror» y, aunque alguno de ellos roza la comedia, otros muchos entran dentro de la tragedia.
Una cosa que queda muy clara es que la educación brilla por su ausencia en las carreteras rusas y que circulan muchos «colgados» que desde luego no andan muy bien de la cabeza. También que hay una importante «fauna» de listillos que son capaces de cualquier cosa con tal de liársela al prójimo (tiene mala fe el vil metal).
Y lo del impresentable del BMW M5 resulta difícil de entender. Desde luego, la única demostración que hace es la falta de respeto que tiene a todo lo que le rodea. Lo lamentable es que algún día «la liará parda», aunque espero que antes le revienten los seis cilindros de su extraordinario y potente coche.
Tomemos nota, antes de llegar a situaciones similares, aunque el tema de la «educación vial» o simplemente la educación con el mundo que les rodea también es una asignatura suspendida por muchos conductores españoles.
martes, 19 febrero 2013 a las 20:00
http://www.filmaffinity.com/es/film732828.html
Vaya flipe.
viernes, 22 febrero 2013 a las 19:31
No deja de ser una muestra de que hay países, como Rusia en estos momentos en que no existe ninguna conciencia ciudadana de respeto.Son demasiados individuos agrediéndose unos a otros para demostrarse «quien la tiene más larga». En distintas proporciones, es algo que viven todos los países que acceden a un grado de desarrollo económico o liberalización de las costumbres cuando han estado sometidos a excesivo control o forma de represión.No hay que irse muy lejos,lo hemos vivido aquí en España hace 35/40 años. Desde luego lo del indivíduo del M-5 es para ponerle a la «sombra» , aunque dudo que sobreviva en este momento. La pena son las víctimas que pueda causar. Y respecto al «gachó» del Lada, no sé como pudo sobrevivir a la carambola. Cosas del azar, los accidentes se sabe como comienzan pero nunca como terminan y por muchísimo menos hay demasiadas cruces en las carreteras.