Yo para ser feliz quiero…
… un garaje así !! Está claro que soy un chico de gustos “finos” (Loquillo se conformaba con un camión), pero son los efectos secundarios que produce esta pasión por los coches “buenos” y especialmente por los coches de competición. Desafortunadamente no me lo puedo permitir, aunque no me quejo (no queda otra), me conformo con saber que alguno de ellos ha caído incluso en mis manos.
El garaje en cuestión se encuentra dentro del complejo de Ascari Race Resort, un circuito permanente de carácter privado que tiene nada menos que 5.425 m de longitud (es el más largo de España). Dicho complejo situado en la Serranía de Ronda pertenece a Klaas Zwart, un empresario holandés afincado en Marbella cuya pasión por los coches le llevó a comprar en 1997 la marca de vehículos deportivos Ascari y a construir posteriormente un circuito propio donde poder probar sus coches de competición.
La idea inicial no iba más allá del uso y disfrute personal, aunque el proyecto tomó tal dimensión (con una inversión de 35 millones de euros) que finalmente decidieron abrirlo al mundo y explotarlo a nivel comercial.
De esta forma, el circuito de Ascari se ha convertido en el lugar de reunión y diversión de otro buen número de apasionados del automóvil que tienen allí sus coches preparados para salir a la pista, cuidados y mimados por el personal de este complejo al que solo tienen acceso dichos socios de manera privada.
Y en su garaje de dos plantas encontramos verdaderas maravillas rodantes, algunas de ellas de la colección propia del propietario, otras de la escuela de conducción del circuito y otras pertenecientes a su exclusivo grupo de socios. Monoplazas de Fórmula 1, Fórmula 3.000 y Fórmula 3, Sport Prototipos, GT´s diversos, barquetas “Radical”, buggies, karts, coches clásicos, deportivos de Porsche, Lamborghini, Ferrari, Ascari, Audi, Aston Martin, Ginetta, Ariel… modelos de calle y de carreras… en fin, el sueño perfecto de cualquier apasionado a los coches.
Una de las adquisiciones de Klaas ha sido nada menos que tres unidades del Ferrari 412T2 con el que corrieron Jean Alesi y Gerhard Berger en el Mundial de F1 de 1995. Este es el último monoplaza de la Scuderia Ferrari que empleó un motor V12 (Ferrari 044/1 3.0 V12), un propulsor cuyo peculiar sonido (especialmente fino y agudo cuando sube hasta 18.000 rpm) permitía distinguir perfectamente a los coches del “Cavallino” del resto de los monoplazas durante los Grandes Premios. Zwart posee además otros monoplazas de Fórmula 1 (Benetton B197 y Jaguar R5) con los que ha corrido en el campeonato EuroBoss F1 y Boss GP F1 Series y conquistado el título en seis ocasiones.
En el garaje privado de Ascari también destacan especialmente los dos Ascari A410-Judd V10 inscritos por Zwart en las 24 Horas de Le Mans de 2001 dentro de la máxima categoría de sport prototipos (LMP900) o la presencia de la última unidad fabricada del deportivo Ascari Ecosse (solo se fabricaron 17 unidades entre 1998 y 2000), el único de ellos que cuenta con un cambio manual secuencial asociado a su motor BMW-Hartge 5.0 V8 de 420 CV de potencia.
Entre los vehículos clásicos podemos admirar un precioso Ford GT40 o un cotizadísimo Ferrari Daytona, además de un diminuto Fiat 500. Este último no es precisamente un coche de ensueño, pero se da la circunstancia de que fue el primer coche que compró Klaas Zwart antes de forjar su fortuna y que está situado junto a un enorme Rolls Royce Phantom que casi triplica su tamaño, la última adquisición de este magnate holandés.
Como veis, bellas historias contadas en torno a bellos automóviles situados en un entorno de ensueño, el sueño que haría feliz a cualquier apasionado a los coches.