Ferrari… lo que el túnel de viento se llevó

Estamos próximos al comienzo de la segunda parte de la temporada 2013 y finalizando ese “impasse” de tres semanas en el que, teóricamente, nadie puede trabajar en lo relacionado con la mejora de los coches que van a afrontar, a partir del 23 de Agosto, en Spa-Francorchamps,  el GP de Bélgica. Y, en medio de la espera, se desliza en la prensa especializada la noticia de una nueva desventura para el equipo Ferrari.

Su túnel de viento, ese que “comparte” con Toyota en Colonia desde que descubrieron que el suyo propio “les engañaba”, está averiado gravemente, hasta el punto de comprometer la posibilidad de aplicar al F138 todo el desarrollo planificado para el reinicio de la temporada.

¿Mala suerte? Puede ser, cuando Murphy anda por medio para que las “tostadas” caigan siempre por el lado de la mantequilla. Pero hoy, que estaba intentando hilvanar un resumen sobre lo ocurrido hasta el GP de Hungría y alguna reflexión sobre ello, no puedo evitar acordarme de algo que leí hace mucho tiempo sobre los tiempos gloriosos de la Aviación.

Eran los últimos años de la primera década del siglo XX y, tras el vuelo en 1903 de  los hermanos Wright sobre las colinas de Kitty Hawk, se había desatado en todo el mundo la fiebre de volar.

También en España, desde los campos llamados de los Cuatro Vientos, uno de estos arriesgados y adinerados “aviadores” alzó el vuelo, majestuoso, camino de Alcalá de Henares.

Volando sobre barbechos, a “ojímetro”, que es como funcionaban entonces las cosas, el águila se quedó sin combustible o se le griparon las ideas y allá que se fue planeando hasta el suelo, sin romperse la crisma el aviador. Abatidas sus alas y sin el apoyo logístico de la Base de Torrejón, que llegaría casi 50 años después, el atrevido aviador se encontró solo, perdido en la inmensidad de la llanura.

Solo unas horas después acertó a pasar por allí un labriego con su yunta de mulas que acarreó el aeroplano hasta la civilización, mientras por el camino, el aviador le explicaba al hombre de campo lo que era aquella máquina y las virtudes que había que reunir para ser “hombre-pájaro”.

Un par de semanas después, de nuevo Murphy, el artefacto volador, el aviador y el labriego con sus mulas, se dieron cita en el mismo barbecho y, entonces, aquel hombre de campo lo tuvo muy clarito. Antes de que le contaran más historietas, dirigiéndose al atribulado piloto nuevamente abatido, le espetó: “Usted amigo, lo que le pasa, es que no sabe volar”.

Sea mala suerte, impericia o simple acumulación de casualidades, lo cierto es que, según van admitiendo los responsables de Maranello, tampoco estará el Ferrari F138 en las condiciones que exige Fernando Alonso para volar alto y plantear batalla a todos sus rivales, al menos en los dos o tres próximos asaltos.

Lo que a comienzo de temporada parecía que iba a ser una disputa limitada a una cuestión de honor entre Ferrari y Red Bull se ha convertido en una pelea abierta en la que también Mercedes y Lotus-Renault aparecen dispuestos a demostrar que lo suyo no es coreografía.

La ventaja de Sebastian Vettel sobre Kimi Räikkönen (38 puntos), Fernando Alonso (39 puntos) y Lewis Hamilton (48 puntos) puede parecer holgada, aunque también lo eran los 40 puntos que aventajaba Alonso a los pilotos de Red Bull a estas alturas de la temporada pasada y no le aportaron ninguna garantía.

Con nueve carreras y 225 puntos todavía por disputar, no será antes de llegar al GP de Corea o Japón cuando habrá suficiente perspectiva para tomar la decisión de los equipos de continuar en el envite o abandonar la partida presente para invertir en el futuro.

La progresión de Kimi Räikkonen, apareciendo con la sombra negra del Lotus siempre en el momento oportuno, junto a la determinación de Lewis Hamilton (Mercedes) para ascender volando sobre su “Flecha de plata”, son elementos de preocupación creciente, muy especialmente para Fernando Alonso, al que Luca Cordero Di Montezemolo (Presidente de Ferrari) invita al asturiano a silenciar lo que evidencian sus gestos, aunque luego no sea capaz de mandar lo que hay que mandar para que las cosas funcionen en el equipo de Maranello.

Cómo es el tránsito entre el “¡¡Fernando, no empujes!!” del GP de China 2013 y este abatimiento a mitad de temporada. He tenido que volver a leer todas las reseñas y comentarios publicados en Autolimite hasta el pasado GP de Hungría para intentar comprenderlo.

Van a rodar los monoplazas, puede que empiecen a rodar cabezas y también ha dado comienzo “el baile anual de asientos”, típico a estas alturas de la temporada. He leído y escuchado tantas cosas y tantos nombres que prefiero no entrar en el juego de las adivinanzas. Lo que sea, será.

La avería del túnel de viento será drama o anécdota en función de los resultados y leo que Ferrari llevará cosas nuevas en las próximas carreras, aunque los otros equipos también.

Pienso que el título de este año 2013, lo consiga o no Fernando Alonso, va a ser determinante en la duración de su carrera. Desde mi posición de aficionado que intenta valorar a cada uno en función de sus virtudes y defectos, deseo larga vida deportiva al hombre que hizo crecer exponencialmente el interés por la Fórmula 1 en España.

Que su presencia y sus éxitos no resulten barridos por “lo que el túnel de viento se llevó” en el verano de 2013.