Talento y trabajo son imprescindibles en Fórmula 1
Durante el GP de Italia 2013, todos los equipos presentaban una configuración aerodinámica específica para el circuito de Monza, con baja carga para sus largas rectas. De todos ellos, nuevamente ha sido Red Bull el que ha hecho mejor los deberes, obteniendo una nueva victoria incontestable de Sebastian Vettel.
La extraordinaria competitividad de sus modificaciones se pudo ver ya desde los primeros entrenamientos libres del viernes, en donde mostraron velocidad a una vuelta y consistencia en tandas largas.
Desde el puesto de comentaristas de televisión se preguntaban qué es lo que hacían en Red Bull para acertar en cada modificación que realizaban. Y la respuesta es bien sencilla: tener mucho talento y hacer un buen trabajo.
Para conseguir evolucionar en el mundo de la competición es necesario el talento y el trabajo, ambas cosas unidas e inseparables. De nada sirve trabajar mucho sin talento, pero poco aporta el talento sin buenas jornadas de trabajo para desarrollarlo.
Esto es llevado hasta un extremo inimaginable en la Fórmula 1, en donde los medios económicos de cada escudería son los encargados de comprar “el talento”, el tiempo para desarrollar sus ideas y el equipo necesario para realizar el trabajo en el menor tiempo posible (de nuevo una lucha contra el crono).
Así pues, la maquinaria debe estar perfectamente engranada y engrasada, no solo para que funcione a la perfección, sino también para que sea la más eficaz en cualquier circunstancia.
Con todo esto, la lucha de los pilotos en cada Gran Premio de Fórmula 1 viene precedida por una lucha de talento y trabajo por parte de su equipo. Para ser el mejor, no basta con hacer un buen trabajo de inicio. En competición, la evolución es permanente y ese desarrollo está ligado directamente al presupuesto disponible.
En esta temporada 2013, los mejores equipos son Red Bull, Ferrari y Mercedes, porque son los únicos que siguen aportando talento, trabajo e inversión en cada carrera. Equipos como Lotus o Force India han comenzado muy fuertes el año, dejando constancia de su buen trabajo y talento, pero los medios económicos les están dejando fuera de la lucha desde mitad de temporada. El caso de McLaren es completamente opuesto: comenzaron el año escasos de talento, pero el potencial económico y mucho trabajo les ha permitido mejorar algo, aunque sigan carentes del talento necesario.
Parece claro que la diferencia entre Red Bull y el resto de los equipos viene marcada por el talento de Adrian Newey y todo el personal técnico con el que trabaja, pero no olvidemos la contribución de Sebastian Vettel para sacar el máximo partido a su monoplaza. Tengo claro que los resultados de Red Bull en las últimas temporadas no hubieran sido tan exitosos sin el piloto alemán, tanto como que Ferrari estaría ahogado en el desastre sin la genialidad en pista de Fernando Alonso.
En contra de la tendencia generalizada, yo voy a echar una pequeña lanza en favor de Ferrari, básicamente porque la complejidad de la Fórmula 1 es tal que las cosas a veces no salen como uno quiere, a pesar de los esfuerzos económicos, técnicos y humanos.
Una vez más, la F1 vuelve a vivir una situación cíclica en la cual hay un equipo que tiene el coche más competitivo (en este caso Red Bull), como en su día lo tuvo Ferrari, McLaren o los ahora defenestrados Williams (muchos de esos coches diseñados por Adrian Newey).
No creo que sea un problema de falta de talento en Ferrari, simplemente creo que es una lucha de talento entre varios equipos. En unas carreras están acertando más unos y en otras carreras otros (las victorias se las han repartido entre Red Bull, Ferrari, Mercedes y Lotus), siendo Red Bull el que ofrece el conjunto más competitivo (por eso ha ganado más carreras) y el que apunta al título.
En las últimas temporadas se ha hablado mucho de las “trampas” de Red Bull y no creo que hablar de “trampas” sea la expresión más correcta. El reglamento es abierto en muchos aspectos y cada uno realiza la interpretación que cree conveniente para obtener ventaja. Y ahí es donde se demuestra el talento. Ese talento es el que consigue sacar filo al reglamento y es el que marca las diferencias entre los equipos.
Está claro que en Ferrari no están consiguiendo los resultados que a todos nos gustaría (para que Alonso ganara sin esfuerzo), pero también está claro que no se han quedado parados y siguen trabajando duro para conseguirlo (a veces se acierta y otras veces no). No es fácil encontrar la línea de trabajo que permite hacer el coche más rápido (si no que se lo pregunten esta temporada 2013 a McLaren) porque no todas las ideas funcionan y muchas soluciones son descartadas después de haber realizado importantes inversiones de dinero. Pero también es cierto que, por mucho que se gaste, el talento es imprescindible para acabar encontrando esa solución técnica que rebaja algunas décimas el tiempo del cronómetro.
Ferrari es la única escudería que ha disputado todas las carreras desde aquel primer Gran Premio de Gran Bretaña (en Silverstone) que inauguró el Campeonato del Mundo de Fórmula 1 en 1950 (ganado por Giuseppe Farina con un Alfa Romeo 158 y neumáticos Pirelli). Han tenido temporadas mejores y otras peores, pero siempre han estado ahí (ver todos los Ferrari F1 entre 1950 y 2012). Unas veces arrasando en las primeras posiciones y otras veces intentando salir del agujero, pero siempre han estado ahí, luchando y trabajando para ser los primeros.
Equipos como Matra, Tyrrell o Brabham fueron escuderías vencedoras y, sin embargo, acabaron desapareciendo cuando falló el talento y sus coches dejaron de ser lo suficientemente rápidos.
Querer y no poder es una situación siempre incómoda y difícil de gestionar pero, en Ferrari, necesitan seguir trabajando e invirtiendo en encontrar esas soluciones que les permitan hacer el Fórmula 1 que más corre, que más estabilidad tiene, que mejor frena, que aprovecha mejor las características del neumático… en definitiva, el coche más rápido, el coche que permite ganar carreras y campeonatos.
En esa lucha particular de talentos, Adrian Newey parece tomar la delantera y Red Bull sigue estando un paso por delante de sus rivales.
miércoles, 11 septiembre 2013 a las 9:08
Excelente artículo, Víctor. Estoy de acuerdo: talento y trabajo, para lo legal, lo ilegal y lo alegal.
Porque… dónde se sitúa ahora Ferrari? Creo que sabemos la respuesta. Dónde se sitúa Red Bull? Visto lo visto, no se sabe. Cabe en la lógica lo que estamos viendo en el campeonato de este año? No se pueden tocar motores, ni cajas de cambio, un mismo proveedor de neumáticos, etc, y un coche lleva una ventaja de casi un segundo por vuelta? Newey es un genio, pero no es un Dios. Talento hay en otros equipos, y trabajo también…
Engañar al reglamento, esa es la clave. Y que no te pillen, claro.
Démosle la vuelta. Imaginemos que ese dominio ABSOLUTO en la pista estuviera siendo ejercido por Ferrari. Con Alonso claro. Coche italiano, piloto español, vaya tela. La FIA iba a quedarse de brazos cruzados? Jaja. El lobby anglosajón ya se hubiera encargado de desmontar esa supremacía con profundas investigaciones, prohibiciones diversas… y sobre todo sanciones. Vaya, qué tranquilos viven los comisarios desde que Ferrari no es una amenaza para el título, y por si acaso, los safety car salen o no según convenga al líder (último ejemplo, Spa).
No nos engañemos, manipulaciones han existido siempre, e ilegalidades también a lo largo de la historia (el efecto suelo de los Brabham sólo cuando el coche alcanzaba cierta velocidad, la electrónica mágica del motor de los Williams, el tercer pedal de los McLaren…). Eso sí, aquí nadie puede presumir de nada, que por ejemplo en los tiempos de Schumacher Ferrari tenía tanto peso en la FIA que no se tocaba el reglamento sin su visto bueno, y Alonso dispuso en su momento del mass dumper montado en su Renault…
En fin, como Ferrari no abandonará nunca la F1, eso juega en su contra, pues no hay que ‘cuidar’ a ese equipo como a otros: alguien se imagina qué hubiera pasado si hubieran sido Ferrari los que hubieran realizado los test ilegales con Pirelli, y además hubieran empezado a ganar carreras tras ellos…? Pues eso. A lo que diga el lobby anglosajón que es quien decide.
Saludos
miércoles, 11 septiembre 2013 a las 10:21
Hola CarlosY.
Vivimos en un mundo en el cual todo se rige por intereses y la imparcialidad total no existe. Lo vemos en el deporte, en la política, en la economía, en la justicia, en el reparto de la riqueza… todo acaba atendiendo a algún fin determinado y, la Fórmula 1, no está fuera del «sistema».
Creo que la interpretación abierta del reglamento es lo que realmente aporta genialidad en la Fórmula 1. De hecho, muchas de las cosas que se han prohibido (no ya en los últimos años, sino en las últimas décadas), lo que han tratado es de que no existiera una escalada en el coste de desarrollo que pusiera a los equipos menos pudientes fuera de juego (suspensiones activas, controles electrónicos de frenada, tracción y estabilidad, aerodinámica variable…).
Colin Chapman tuvo la genialidad de aplicar el efecto suelo en sus Lotus hace más de tres décadas, pero fue una genialidad fácil de copiar. Renault tuvo la genialidad de apostar por los motores Turbo y acabó demostrando que era la línea a seguir. También introdujo a posteriori los motores V10 y todos los equipos acabaron copiándolo.
La genialidad en el Red Bull está en su aerodinámica, en cómo es capaz de aprovecharla en las curvas y que no le frene en las rectas. El resto de equipos seguro que han copiado ya algunas de sus soluciones. Pero sigue teniendo algo con lo que no dan, y ahí es donde reside la genialidad de Newey y la ventaja que tiene Red Bull en la actualidad.
No creo que sea un problema de anglosajones, latinos o japoneses, simplemente una lucha de talento y trabajo entre los equipos. Tampoco digo que los comisarios a veces no actúen de forma sospechosa o incluso errática (véase lo que escribí acerca del adelantamiento de Grosjean en Hungría).
Por otro lado, Ferrari ya ha expresado en algún momento su intención de marcharse del Gran Circo ante determinadas circunstancias. Al final, los equipos se juegan el dinero, la imagen y su prestigio y no están dispuestos a estar a cualquier precio (tema que maneja con genialidad el señor Ecclestone). Estoy convencido que, cualquier equipo que entendiera que le están tomando el pelo, abandonaría la Fórmula 1, al igual que asumen sus errores cuando meten la pata (véase la sanción millonaria de hace unos años a McLaren por el caso de espionaje a Ferrari o la sanción a Briatore y los ingenieros de Renault por amañar aquella carrera en la que se accidentó Nelsinho Piquet para que ganara Alonso).
Al organizador de la Fórmula 1 no le interesa la supremacía indiscutible de un equipo (quizá por eso han hecho la «vista gorda» con los entrenamientos de Mercedes para que haya más equipos en la lucha) y, si no han sancionado ya a Red Bull, es porque realmente no debe haber nada fuera de reglamento.
Otro detalle, desde que Pirelli ha hecho unos neumáticos más consistentes, ¿te has fijado que las carreras han sido un rollo?
Un saludo y que continúe el debate 🙂
lunes, 16 septiembre 2013 a las 16:09
Buenas tardes Victor,
No sé si es el mejor post en el que lanzar esta pregunta,`pero llevo tiempo con la intriga de saber en qué afectará realmente los motores turbo a la conducción de un coche de F1.
¿serán los coches más dificiles de manejar?
Saludos,
Alberto
martes, 17 septiembre 2013 a las 4:24
Hola Albert.
La verdad es que tendría que ponerme a los mandos de uno de los nuevos Fórmula 1 de 2014 para poder contestarte adecuadamente 😉
No obstante, para hacerme una idea del asunto, voy a extrapolarlo a los coches de serie «Turbo» de los años 80 y a los modelos actuales sobrealimentados y, comparativamente hablando, no creo que haya muchas diferencias.
En aquellos motores turbo de antaño, el tiempo de respuesta era muy acusado («turbo lag») y la entrega de potencia era realmente violenta. Así pues, el piloto debía anticiparse con el acelerador para cargar de presión el dispositivo de sobrealimentación y que el motor ofreciera el empuje en el momento preciso, maniobra que requería mucho tacto, sensibilidad y concentración para hacerlo perfecto cada vez que se daba gas a la salida de las curvas, con el problema añadido de que la potencia entraba atropellada y el motor pasaba de no tener «nada» a tenerlo «todo» en un intervalo de régimen reducido.
En los motores actuales, el avance tecnológico ha permitido solventar en buena medida los problemas de tiempo de respuesta («turbo lag») de los motores con turbo, que ahora son prácticamente inapreciables, aportando mucho par desde bajo régimen (más que en los motores atmosféricos) y entregando la potencia desde un régimen inferior y de forma más progresiva.
Con todo esto, mi respuesta sería que los pilotos no encontrarán grandes diferencias a la hora de pilotar los nuevos monoplazas, tan solo tendrán que ajustar pequeños aspectos para sacar el máximo partido a los nuevos motores turboalimentados.
De todas formas, tendremos que esperar a que nos lo cuenten ellos mismos.
Un saludo.