Los coches clásicos no tienen precio
Hay cosas en esta vida que no tienen precio: un momento, un instante, un viaje, una emoción, una sonrisa, una satisfacción, un sueño…
Al igual que esas cosas sin precio, los coches clásicos se mueven en una escala de valor que no encuentra fin y muchas de esas sensaciones sin precio nos las puede llegar a proporcionar uno de esos modelos históricos.
Algunos son verdaderas piezas de museo, joyas rodantes sin tarifa cuantificable, piezas únicas e irrepetibles, en propiedad de las mismas marcas que lo fabricaron o adornando la colección exclusiva de algún adinerado aficionado.
Muchos de ellos tuvieron que pasar por manos artesanas expertas en el arte de la restauración, volviendo a recuperar el lustre que lucieron nada más salir de fábrica.
En estos meses veraniegos es común en un buen número de países la subasta de algunos de estos coches clásicos, modelos exclusivos cargados de historia y de las emociones que transmitieron en el pasado, a lo largo de todos sus años de vida mecánica, enfrentados a la carretera o al circuito, con la única misión de dibujar la sonrisa en la cara de aquellos que lo condujeron, lo disfrutaron o ganaron alguna competición con ellos, en dura pugna contra sus rivales.
Hasta la fecha, un Ferrari 250 GTO Berlinetta de 1962 (chasis nº 3851GT) tiene el récord de ser el coche por el que más dinero se ha pagado en una subasta (Bonhams Quail Lodge Auction), pues recientemente (14 de Agosto de 2014) alcanzaba un precio de nada menos que 38.115.000 $ (28.781.000 €), muy por encima de lo que cuestan en la actualidad algunos súper deportivos de nueva fabricación como el Ferrari LaFerrari (1.300.000 €), Lamborghini Veneno Roadster (4.480.000 €), McLaren P1 (1.000.0000 €) o el Porsche 918 Spyder (859.669 € con el “Paquete Weissach”).
Junto al Ferrari 250 GTO, en la subasta Bonhams también se han vendido otros interesantes coches clásicos que han alcanzado cifras realmente elevadas. Entre los modelos matriculables han despertado el interés “mundano” coches como un Alfa Romeo Montreal de 1974 (74.600 €), Chevrolet Corvette 427 Roadster de 1967 (77.100 €), Jaguar E-Type 4.2 Roadster de 1967 (126.000 €), Mercedes 190 SL de 1958 (124.400 €) o Porsche 356A Coupe de 1958 (107.000 €). Y también han tocado el cielo deportivos de muy superior cotización, como un Maserati Ghibli 4.7 Spider de 1969 (613.500 €), un Mercedes 300 SL Coupe “Gullwing” de 1954 (1.016.000 €), un Mercedes 300 SL Roadster de 1963 (1.368.000 €) o un apreciado Porsche 911 Carrera RS 2.7 de 1973 (705.000 €).
La oferta de modelos de Ferrari ha sido también numerosa, pero la exclusividad de las unidades subastados les ha permitido alcanzar cifras imponentes, como un Ferrari F40 de 1991 (1.078.000 €), Ferrari F40 LM de 1993 (1.658.000 €) o el Ferrari 250 Mille Miglia Berlinetta de 1953 (5.472.000 €).
El mítico Ferrari “Daytona” ha sido otro de los coches que más alto ha cotizado en sus diferentes versiones, tanto el Ferrari 365 GTB/4 Berlinetta de 1971 (713.000 €), como el Ferrari 365 GTS/4 Spider de 1973 (1.990.000 €) y el Ferrari 365 GTB/4 Berlinetta Competizione de 1969 (705.000 €).
Y llama especialmente la atención cuando del Ferrari 365 GTS/4 Spider se ha comercializado una réplica realmente bien conseguida, pero ni es original ni es un Ferrari de verdad (aunque se parezca).
Otros coches de competición que han alcanzado una elevada cotización han sido el Brabham-Cosworth BT33 F1 de 1970 (779.400 €) o el Ferrari 312 T3 F1 de 1978 (1.741.000 €), mientras que el Porsche 908/03 Spyder de 1970 tiene un precio estimado entre 1,4 y 1,7 millones de euros.
En los sueños de cualquier aficionado al automóvil encontramos coches de épocas pasadas que siguen siendo elogiados en el presente y serán igual de imponentes en el futuro. Yo sueño con coches como el Porsche 917 K (1969), el Lancia Stratos Gr. 4 (1975) o el Lamborghini Miura P400 (1966), aunque solo por este último tendría que pagar en torno a 800.000 euros para poderlo meter en mi garaje.
Menos mal que soñar sigue siendo gratis 🙂