Las campanas de Maranello
Decía en uno de los párrafos de mi crónica tras la celebración del Gran Premio de Italia en el Autódromo de Monza:
“Antes de dar comienzo la propia carrera, ya hubo momentos de atención ante el “motor home” de la Scuderia, expectantes de las declaraciones de su Presidente. Es evidente que en Ferrari se está jugando una partida a todas las bandas, en la que, ni siquiera Luca Cordero di Montezemolo puede ser neutral. Su anuncio “lampedusiano” de que todo va a mejorar sin cambiar casi nada puede hacer que esas mudas campanas terminen doblando por él.”
Cuando lo escribí no podía suponer que el tal pronóstico fuera a convertirse en certeza antes de que se cumpliera el tercer día de la semana.
Las campanas de Maranello, en otro tiempo alegres, hoy doblan tristes por una doble razón. Anuncian la salida de Montezemolo de Ferrari, tras los confusos desmentidos e insistentes rumores y, en cierto sentido, reflejan también, coincidiendo el 10 de Septiembre de 2014, la partida súbita de D. Emilio Botín, uno de los principales patrocinadores oficiales de la “Scudería”, alguien que hizo una perfecta simbiosis del color característico de Ferrari y del Banco de Santander, su obra.
Don Emilio ha fallecido sin haber podido levantar los trofeos que presumía bastante más accesibles, cuando impulsó la llegada del mejor piloto del mundo en ese momento a la marca que mejor representaba el espíritu de la competición en la historia de la Fórmula 1.
Ahora que toma el testigo del Banco Santander Ana Patricia Botín, hija del fallecido, es una incógnita en este momento si ella, aficionada al golf, como su padre, mantendrá, como él, su entusiasmo por el Gran Circo.
Se aseguraba hace algún tiempo que, pese a la importancia de la inversión del banco en la Fórmula 1, los números “le salían”, gracias a la canibalización, por la marca bancaria, de la inversión de la tabaquera Philips Morris (apenas intuida actualmente), como consecuencia de la coincidencia de sus colores corporativos.
Pertenecía Botín a esa estirpe de grandes hombres de negocios, acertados casi siempre en la elección de sus inversiones y, por ello, hay algo que “rechinaba” en su apuesta por Ferrari.
Empatía personal aparte, entre piloto y patrocinador, no es el mejor símbolo, lo he escrito en alguna ocasión, entrar en cualquier sucursal del Santander y que, desde hace al menos cuatro años, te salude el corpóreo de Fernando Alonso, casi olvidado, en cualquier rincón del patio de operaciones de la sucursal bancaria.
He reflexionado muchas veces sobre el daño que pudo producir la sensación de que iba a ser un camino fácil, el espejismo de aquel primer doblete del GP de Bahréin de 2010, aquel arranque fulgurante de temporada que, con altibajos de triunfos y derrotas, permitió llegar a Fernando Alonso al último GP en Abu Dhabi en posición de conseguir su tercer título mundial y la esperanza de iniciar una nueva racha triunfal para la marca de Maranello.
El sabor de aquella derrota y las que llegaron después, cinco temporadas ya, aliviadas puntualmente por el sobreesfuerzo de Fernando Alonso para obtener algunas de sus mejores victorias, han sido el trago amargo que hoy ha debido apurar la familia “ferrarista”.
Sabe a derrota, este abandono de Luca di Montezemolo. Al desfile de salida de responsables de distintas áreas de la “Scuderia”, la más relevante la de Stefano Domenicali en los primeros compases de 2014, se ha sumado hoy la del hombre que, primero con Enzo Ferrari (en los años 70) y posteriormente, desde 1991, como Presidente de la marca, mejor podía representar la imagen de prestigio de la misma.
Pero los laureles también se marchitan. Lo que durante un largo tiempo fueron genialidad y triunfos, ahora se ha convertido en dudas y contradicciones, desde la retirada de todo el equipo directivo que hizo campeón a Michael Schumacher cinco veces consecutivas.
Es muy frustrante tener a uno de los mejores pilotos de la Fórmula 1 de todos los tiempos, disponer de potencial económico para traducirlo en títulos y verse obligados, desde hace cinco temporadas, a admitir su incapacidad para rematar el propósito.
Las nuevas incorporaciones principales, Marco Mattiacci, James Allison y el propio Kimi Räikkönen, han sido apuestas del mismo Montezemolo que hoy anuncia su abandono.
A ellos, nada se les puede exigir todavía (al piloto finlandés quizá algo más), aunque la impaciencia empieza a asomar. Habrá que esperar las decisiones de su sucesor, Sergio Marchionne (actual CEO de Fiat-Chrysler) para conocer cuál será el rumbo que tomará Ferrari en esta nueva etapa.
Hay algo significativo que, desde mi punto de vista, indica que lo que se intenta es una evolución revolucionaria de efectos rápidos. Marco Mattiacci anunció hace unos días un plazo de tres años para situar a Ferrari en la senda de los triunfos continuados que se le exigen. El mensaje de Sergio Marchionne es que lo quiere ya.
Han pasado 23 años en los que Luca Cordero di Montezzemolo ha vivido todas las situaciones posibles y ha escuchado muchas veces el toque a gloria de las campanas de Maranello, pero ahora han doblado por él mismo y en señal de despedida a D. Emilio Botín.
La familia “ferrarista” que hoy vive un día triste no puede perder la esperanza. El laurel reverdecerá en la campiña de la Emilia-Romagna, en cualquier primavera, sobre un manto de amapolas rojas y, como en los relatos de final feliz, con el fondo de la campanas de Maranello en son de victoria.
viernes, 12 septiembre 2014 a las 22:51
Pues yo creo que el señor Montezemolo se ha terminado marchando de Ferrari porque, después de meditarlo detenidamente… habrá pensado que era lo más lógico.
Con 67 años de edad (más de 30 años ligado directamente a Ferrari y 23 como Presidente de la marca), los modelos de Ferrari y la empresa Ferrari S.p.A. en su mejor momento comercial y nueve Campeonatos del Mundo de F1 ganados bajo su dirección, con Niki Lauda (1975 y 1977), Jody Scheckter (1979), Michael Schumacher (2000, 2001, 2002, 2003 y 2004) y Kimi Räikkönen (2007), hacen de Luca di Montezemolo un exitoso empresario que no tiene ya nada que demostrar.
Si, además, la situación de la Scuderia de F1 es complicada, las relaciones con Sergio Marchionne mostraban disparidad de criterios y su finiquito le ha reportado en torno a 27 millones de euros, para qué seguir complicándose la vida.
Ahora, a descansar y a disfrutar, ¡¡que son dos días!! Lo hecho ahí queda, a ver si alguien lo iguala.
La verdad es que no creo que Montezemolo fuera el problema de Ferrari, porque no va a ser fácil encontrar otro tío tan apasionado, entregado y comprometido con la marca.
El tiempo será quien nos lo diga.
Le deseo lo mejor, en su nueva jubilación (si es que así lo decide) o en su nueva etapa profesional (que esta gente no saben quedarse quietos).
lunes, 22 septiembre 2014 a las 12:23
Hola a todos
Imposible no coincidir con el comentario anterior, aunque para mi gusto demasiado “politicamente correcto”.
Creo que a Luca su jefe Marchione le ha invitado amablemente a coger la puerta, y a Luca ya no le ha quedado mas remedio despues de que la llamada a capitulo tras el bochorno de Dubai no haya servido para mucho, con cabeza de Stefano incluida. Mas bien, visto lo visto, podríamos llamarlo los ultimos estertores de Luca antes de su obito presidencial.
Por cierto, Abuelete, hablas de que el propio Luca estaba detras del nombramiento sorpresa de Matiacci. Lo desconozco, pero algo me dice que mano de il capo Sergio andaba detrás…
Y estoy seguro que los laureles de Ferrari reverdecerán antes o después, pero tres temporadas seguidas sin una sola pole… Impropio.
Y Alonso envejeciendo de rojo sin nada que llevarse a la boca. Mal mal mal.
Saludos
martes, 23 septiembre 2014 a las 12:21
Hola Gzk, feliz regreso a este tu espacio, deduzco que has tenido un largo, feliz y cálido verano. Respecto a tu comentario, coincido contigo en que la reflexión de nuestro amigo Víctor es políticamente correcta, pero en un universo de «egos» como el la Fórmula 1, al elegante y apergaminado Luca, le tiene que haber sabido «a cuerno quemao» En fín, decía mi abuela que «los duelos con pan son menos duelos» y con 27 m. en la faltriquera, nuestro hombre va a poder comer todo el pan de leña que le apetezca.
Leña ardiente es lo que ahora mismo trasluce Maranello, en un espacio tan endogámico como el de la ·»scudería» este Abuelete solamente puede intuir lo que pasa dentro y le resulta imposible saber con certeza cual es la mano que realmente mece la cuna.
Si nos guiamos por el mosqueo que mostraba el mismísimo Alonso el jueves anterior al GP de Singapur, intuyendo que las filtraciones nacen dentro, es fácil entender la dificultad de interpretar correctamente lo que no podemos ver desde el exterior. En fin Gzk, amigos todos, la conclusión es que la cosa está movidita y ya no hay que descartar absolutamente nada, Alonso se encuentra en un desfiladero del que tiene muy difícil escapar con garantías de éxito, pero quizás, como buen asturiano, conozca alguna salida secreta en esta «Ruta del Cares» en que anda metido y nos dé alguna sorpresa, lo que resulte de ello, ni él mismo puede saberlo ahora, sabemos que por dinero no será y resulta estimulante que pueda jugársela por tener «hambre de éxito». Un saludo muy cordial.