Regreso a la normalidad. GP de China 2015

Terminar un Gran Premio tras el “Safety Car” no es la forma más deseada para celebrar una victoria y se ha visto reflejado en el lenguaje corporal de Lewis Hamilton (Mercedes), saludando menos efusivo que otras veces. Es un triunfo más en su ya impresionante palmarés, pero, aunque merecido y contundente, no es lo que sueña un ganador.

Ha sido determinante la parada del Toro Rosso de Max Verstappen, averiado en la misma recta de meta, cuando faltaban apenas tres vueltas para finalizar una carrera en la que el “rookie” holandés batallaba en la zona de puntos.

Con la salida del coche de seguridad, en la vuelta 54, se encogieron sensiblemente las diferencias entre los contendientes y se enfriaron las emociones bajo la bandera de cuadros, al completarse los 56 giros de carrera.

Tras Lewis Hamilton y Nico Rosberg (Mercedes), que a estas alturas aún tempranas del campeonato, ya parece resignado a “entregar la cuchara” (aquel espíritu de resistencia que mantuvo en 2014 hasta el final), han entrado las balas “rosso corsa” de Sebastian Vettel y Kimi Räikkönen (Ferrari), volviendo a confirmar que son los únicos oponentes en condiciones de disputarles alguna victoria, cuando las circunstancias les sean propicias.

Cuando una carrera transcurre como la de este GP de China 2015, en donde todo resulta tan normal y previsible, hasta el resultado, cobran mayor relieve los asuntos que se comentan en el “paddok” y que han dejado algunas perlas interesantes a lo largo del fin de semana.

Niki Lauda, 66 años, tres títulos mundiales, figura icónica del pasado y presente de la Fórmula 1, con algún mando e influencia en la por ahora invencible formación de la estrella (Mercedes), se ha despachado a gusto, acusando a Fernando Alonso (McLaren) de “egocéntrico y de haber enfermado el ambiente en Ferrari durante sus cinco temporadas en Maranello”.

Quizá, con ánimo de endulzar la expresión, admitió en otra breve declaración posterior a medios españoles que el piloto asturiano continuaba siendo uno de los mejores pilotos, probablemente el más completo de la parrilla actual, para terminar sentenciando que “Fernando Alonso está perdiendo el tiempo en McLaren-Honda”.

Sorprende un tanto escuchar esto de quien la temporada anterior sentenció que el Ferrari de Alonso era, literalmente, “una mierda”. Con esta declaración, ¿le estaba abriendo o cerrando las puertas de Mercedes para el futuro?

En cualquier supuesto, el futuro inmediato de Fernando Alonso está ligado a la escudería de Woking y de ahí sus esfuerzos por interpretar en clave optimista los cortos pasos adelante del equipo.

Impacta ver a dos campeones del mundo, como Jenson Button y Fernando Alonso, fallando en el intento de situar su montura en la Q2, relegados una vez más a la penúltima línea de parrilla, solamente por delante de los Manor Marussia, de Roberto Merhi y Will Stevens.

Difícil empeño cuando la realidad se impone con toda su crudeza y, minutos antes de la “qualy”, el coche de Alonso era un revoloteo de técnicos con rasgos asiáticos, aparentemente tan jóvenes que lleva a pensar si se trata de “JASP” (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) o de inexpertos alumnos de “FP” (“Formación Profesional”). Por sus resultados les conoceréis, pero el único avance en este Gran Premio ha sido llegar a meta (a 1 vuelta del vencedor).

Bajo el sol apagado de Shangai, los dos Mercedes F1 W06 de Hamilton y Rosberg afianzaban el liderato en el momento de la salida, seguidos por Sebastian Vettel (Ferrari), los dos Williams FW37 de Felipe Massa y Valtteri Bottas, el  “cavallino SF15-T” de Kimi Räikkönen, el Red Bull RB10 de Daniel Ricciardo, el Lotus E23 de Romain Grosjean y los Sauber C34 de Felipe Nasr y Marcus Ericcson.

Por detrás, cabe destacar la agresividad de Max Verstappen (Toro Rosso) ganando posiciones y el tropiezo de Carlos Sainz (Toro Rosso), trompo incluido, que le condenaba a posiciones más retrasadas de lo que su potencial apunta.

Durante la prueba… ninguna emoción imprevista. Quizás, la confirmación del regreso de Ferrari, aunque sin el mordiente ni la agresividad estratégica mostrada en el anterior GP de Malasia. Más cerca de Mercedes, sí, pero con todo bajo el control de las “Flechas de Plata”.

En un escenario sin amenazas climatológicas, ni incidentes traumáticos para los monoplazas, salvo las retiradas de Verstappen (Toro Rosso), Maldonado (Lotus), Kvyat (Red Bull) y Hulkenberg (Force India), las 56 vueltas se han ido consumiendo con algunos lances entretenidos, el habitual trasiego en las paradas de cambio de neumáticos y algunos cambios de posiciones.

En la vanguardia, Hamilton y Rosberg, con los dos Mercedes, Vettel y Räikkönen con Ferrari y Massa y Bottas con Williams, marcando su jerarquía. Tras ellos, Grosjean (Lotus), Nasr (Sauber), Ricciardo (Red Bull) y Ericcson (Sauber) en los puntos, este ya con vuelta perdida.

Y el resto, Pérez (Force India), Alonso (McLaren), Button (McLaren) y Carlos Sainz (Toro Rosso), peleando por la honra o la supervivencia.

Tras esta tercera prueba de Shangai, llega el GP de Bahrein el próximo fin de semana, un bello circuito en el vacío del desierto, para una Fórmula 1 a la que, el controvertido Max Mosley, antiguo “mandamás” de la FIA, augura desde el “paddock” un negro futuro si no se reinventa.

CLASIFICACIÓN FINAL GP DE AUSTRALIA 2015

1º Lewis Hamilton (Mercedes), 56 vueltas en 1 h 39 m 42,0 s

2º Nico Rosberg (Mercedes), a 0,7 s

3º Sebastian Vettel (Ferrari), a 2,9 s

4º Kimi Räikkönen (Ferrari), a 3,8 s

5º Felipe Massa (Williams-Mercedes), a 8,5 s

6º Valtteri Bottas (Williams-Mercedes), a 9,8 s

7º Romain Grosjean (Lotus-Mercedes), a 19,0 s

8º Felipe Nasr (Sauber-Ferrari), a 22,6 s

9º Daniel Ricciardo (Red Bull-Renault), a 32,1 s

10º Marcus Ericsson (Sauber-Ferrari), a 1 vuelta