Lewis Hamilton, el cosaco. GP de Rusia 2015
La aparición de Lewis Hamilton (McLaren), Sebastian Vettel (Ferrari) y “Checo” Pérez (Force India), vestidos con gorros de cosaco en el podio de llegada, me confirma la impresión que ya me causó en su inauguración este Autódromo de Sochi, un desangelado parque de atracciones con una sola atracción, donde los únicos que se han divertido (y no todos) son los pilotos de Fórmula 1 que han tomado la salida en esta segunda edición del GP de Rusia.
Tras un viernes de entrenamientos libres sobre lluvia, la sombra de una nueva tragedia planeó sobre el trazado ruso en la jornada del sábado. Faltaban pocos minutos para la conclusión de los Libres 3, cuando el Toro Rosso pilotado por Carlos Sainz Jr. impactaba contra las defensas de la curva nº 13 y quedaba atrapado, bajo los elementos deficientemente anclados de las mismas.
Sufrimos entonces unos minutos tensos en los que todos sentimos el escalofrío y el recuerdo reciente de Jules Bianchi y María de Villota.
El piloto madrileño era evacuado al hospital para un exhaustivo reconocimiento y saldría unas horas después, dolorido pero entero, dispuesto a subirse de nuevo en el “cockpit” de su Toro Rosso para la carrera, tras haberse perdido los entrenamientos clasificatorios.
Las Q1, Q2 y Q3 llevaban a un rapidísimo Nico Rosberg (Mercedes) a marcar un registro de 1 m 37,113 s que resultaba inalcanzable para el resto, incluido Lewis Hamilton (Mercedes), que se quedaba a más de tres décimas de su compañero de equipo.
La segunda línea la iban a ocupar Valtteri Bottas (Williams) y Sebastian Vettel (Ferrari), seguidos por Kimi Räikkönen (Ferrari), Nico Hulkenberg (Force India), Sergio Pérez (Force India) y Romain Grosjean (Lotus), cerrando los diez primeros puestos de salida Max Verstappen (Toro Rosso) y Daniel Ricciardo (Red Bull).
Las diferentes circunstancias de cada uno de ellos relegaban a los tres pilotos españoles a los últimos lugares de la parrilla, con Roberto Merhi rescatado por el equipo Manor para esta carrera (volverá a correr en Abu Dhabi), Fernando Alonso (diez motores Honda y 250 Grandes Premios después, viviendo la paradoja del doble campeón, condenado a la penitencia de volver a empezar) en la penúltima plaza y Carlos Sainz Jr. (Toro Rosso), rearmado y ansioso de participar en la batalla.
Con ambiente destemplado, nieve en las montañas próximas al escenario y algunos de los neumáticos Pirelli faltos de temperatura tras la vuelta de calentamiento, se apagaban los semáforos, rugían los motores y, una curva después, se encendían las luces amarillas anunciando el primer “Safety Car” de la carrera.
Un trompo de Nico Hulkenberg (Force India) barría la pista, repartiendo toques que dejaban también fuera de carrera a Marcus Ericsson (Sauber) y perjudicaban a Max Verstappen (Toro Rosso) y Romain Grosjean (Lotus).
Cuando se relanza la carrera en la vuelta 3, Nico Rosberg (Mercedes) continúa liderando la prueba, Hamilton (Mercedes) sigue al acecho, Bottas (Williams) recupera la posición perdida en la salida y, tanto Räikkönen (Ferrari) como Vettel (Ferrari), parecen dispuestos a divertirse, disputando entre sí su calidad de perseguidores.
Pero, una vez más, la suerte se aliaba con el más fuerte y Nico Rosberg sufría las consecuencias en la vuelta 8, cuando el potenciómetro de su acelerador electrónico comenzaba a fallar y dejaba acelerado su monoplaza en los puntos de frenada, obligándole a entrar en bóxes para firmar su retirada.
Un abandono que convierte en irreversible la inminencia del tercer título mundial para un Lewis Hamilton que devora récords que pertenecieron a los mitos que adoró en su niñez.
La espectacular salida de Romain Grosjean (Lotus) en la vuelta 12 obligaba a entrar en pista al segundo “Safety Car” de la jornada, con un impacto tan violento que volvía a poner a prueba las medidas de seguridad alcanzadas por los actuales monoplazas.
Con lo más importante ya decidido, el interés del resto de la prueba se limitaba a las habituales escaramuzas de los pilotos, entre ellas, la de un Carlos Sainz Jr. (Toro Rosso) contundente, ganando la batalla a su máximo rival, ese joven Verstappen (Toro Rosso) al que hoy hemos visto falto de fortuna y más apagado de lo habitual.
Es una verdadera pena que los frenos delanteros del Toro Rosso de Carlos (reventados literalmente) le hayan robado, ya en la vuelta 46, la suma de un buen puñado de puntos, teniendo que abandonar cuando iba en la séptima posición. Después de remontar hasta trece puestos sobre la pista, no hay duda de que estamos ante un piloto sólido, que tendrá los días de gloria que anticipa su ADN.
Vestigios de entretenimiento nos dejaban las disputas entre Sebastian Vettel (Ferrari) y Valtteri Bottas (Williams), intentando imponer la hegemonía de sus monturas a la caza imposible de la solitaria “Flecha de plata” de Lewis Hamilton.
También participaban en el intento el Force India de Sergio Pérez y el Ferrari de Kimi Räikkönen, consiguiendo calentar a ratos el aburrimiento que imponía el dominio absoluto del piloto británico.
Los precipitados acontecimientos captaban nuestra atención en las últimas vueltas, cuando “Checo Pérez” (con los neumáticos más degradados) era progresivamente alcanzado por Valtteri Bottas (Williams) y Kimi Räikkönen (Ferrari), claudicando frente al mayor agarre de sus adversarios finlandeses.
La pelea entre compatriotas alcanzaría su punto álgido ante el ataque suicida de Räikkönen en la última vuelta, que apuraba frenada más de la cuenta para llevarse por delante a Bottas. El piloto de Williams se quedaba fuera de pista y el Ferrari de Kimi, dañado por el golpe, veía cómo Sergio Pérez (Force India) volvía a recuperar la tercera plaza hasta pasar bajo la bandera de cuadros, por detrás de Lewis Hamilton (Mercedes) y Sebastian Vettel (Ferrari).
Räikkönen cruzaba la línea de meta en quinta posición, pero era penalizado posteriormente con 30 segundos que le relegaban hasta la octava posición definitiva (en favor de Kvyat, Nasr y Maldonado, que ascendían una plaza).
Con la ayuda de los distintos incidentes de carrera, los dos McLaren-Honda llegaban a la meta en zona de puntos (9º Button y 10º Alonso), aunque el piloto español sería posteriormente sancionado con 5 segundos de penalización por no respetar los límites de la pista en la curva 16, cediendo la décima posición final a favor de Max Verstappen (Toro Rosso).
Se abre una ventana de esperanza para los de Woking, con un décimo motor que, potenciado con los últimos cinco “tokens” disponibles, ha sido reservado para las últimas carreras. Según manifestó Fernando Alonso en sus declaraciones, parece llevar dentro esa fuerza que les ha faltado en su largo calvario, quizá como regalo de celebración de los 250 GP que disputaba el piloto asturiano en el circuito de Sochi.
Llega ahora la etapa “americana”, con los Grandes Premios de EEUU, México y Brasil, y la casi absoluta certeza de que, antes de la prueba final en Abu Dhabi, el “Cosaco” Lewis Hamilton bailará su danza del sable.
De momento, con los puntos sumados en el GP de Rusia, el equipo Mercedes AMG F1 ya se ha proclamado matemáticamente Campeón del Mundial de Constructores 2015.
CLASIFICACIÓN FINAL GP DE RUSIA 2015
1º Lewis Hamilton (Mercedes), 53 vueltas en 1 h 34 m 11,0 s
2º Sebastian Vettel (Ferrari), a 5,9 s
3º Sergio Pérez (Force India-Mercedes), a 28,9 s
4º Felipe Massa (Williams-Mercedes), a 38,8 s
5º Daniil Kvyat (Red Bull-Renault), a 47,5 s
6º Felipe Nasr (Sauber-Ferrari), a 56,5 s
7º Pastor Maldonado (Lotus-Mercedes), a 1 m 01,0 s
8º Kimi Räikkönen (Ferrari), a 1 m 12,3 s (42,3 s + 30 s de penalización)
9º Jenson Button (McLaren-Honda), a 1 m 19,4 s
10º Max Verstappen (Toro Rosso-Renault), a 1 m 28,4 s
NOTA: Kimi Räikkönen finalizaba la carrera en 5ª posición, pero era penalizado con 30 segundos que le relegaban a la octava posición final. Fernando Alonso (McLaren-Honda) finalizaba la carrera en 10ª posición, pero era penalizado con 5 segundos que le relegaban a la 11ª posición final (1 m 26,2 s + 5 s de penalización).
