Nostalgia brasilera. GP de Brasil 2015
¿Qué Fórmula 1 es esta de 2015 para que “El Abuelete del M3” haya debido tomarse dos madrugadas antes de sentarse ante el folio en blanco para escribir una “no crónica” de este Gran Premio de Brasil de 2015?
Aún a riesgo de enfadar a su editor, le resulta imposible no sentir la nostalgia de aquellos tiempos en que la carrera de Brasil, unas veces en el trazado carioca de Jacarepaguá y otras en el circuito paulista de Interlagos, eran la máxima expresión del furor y la alegría de vivir un acontecimiento inigualable.
Cuál es el futuro de esta F1 en la que, según Toto Wolf, “si les dejáramos a los pilotos que tomaran sus propias decisiones, perderían cada carrera”. ¿Para cuándo los drones pilotando vainas sin alma? ¿Es con esto con lo que harán rugir las tribunas?
Imposible no envidiar aquel tiempo en que este Gran Premio de Brasil era comienzo o cierre de la temporada. Lo tengo en la memoria de mi vieja retina, era un éxtasis de color, samba, batucadas y sexo, el que los “bombeiros voluntarios” habían de apagar cada año el calor con el chorro de sus mangueras.
Las madres y abuelas de esa masa de aficionados que, a pesar de todo lo perdido, continúan abarrotando los graderíos de Interlagos, no podrán evitar sonreír, con pura nostalgia, a sus recuerdos.
Mientras ellas mostraban y gozaban el esplendor de la juventud y la carne, en la pista se daban auténticas batallas entre gigantes como, Alain Prost, Nelson Piquet, Nigel Mansell y Ayrton Senna, que escribían con las marcas de sus neumáticos auténticas epopeyas del automovilismo.
Ahora que el mínimo fallo electrónico deja a cualquier piloto en la cuneta (Carlos Sainz Jr. y Fernando Alonso lo saben muy bien), es imposible olvidar aquel GP de Brasil de 1991 en el que el McLaren-Honda MP4/6 de Ayrton Senna fue perdiendo sus marchas, hasta quedarse con la sexta, como única arma para defenderse de la jauría, a varias vueltas del banderazo.
Aquel que hablaba con Dios mientras conseguía la “pole”, habría de ser el “dios de la lluvia” el que le salvó en aquella ocasión, descargando un diluvio bajo el que sucumbieron algunos de los que le creyeron presa abatible, mientras él, solo con “la sexta”, sus plegarias y su talento, alcanzaba la victoria.
¿Qué pensaría Lewis Hamilton (Mercedes) de la negativa de su equipo a darle alas para batir, una vez más, a su enemigo/compañero Nico Rosberg?
El piloto británico pedía paso y el equipo se lo negaba, con la poderosa razón de asegurarse el doblete en la temporada. Campeón y Subcampeón de pilotos y Campeón de marcas con la mayor diferencia de puntos de la historia, ¿queda algo por ganar?
Habría que preguntarle a Lewis si era mejor esto o aquella disputa salvaje a tres bandas en el GP de Brasil de 2007, en donde él, su entonces feroz compañero en el equipo McLaren-Mercedes (Fernando Alonso) y Kimi Räikkönen (Ferrari) como tercero en discordia, se disputaban de forma suicida aquel puñado de puntos que alzaría al campeón.
Los errores cometidos entonces por la cúpula de McLaren supondrían el primer y único título para el “finlandés de hielo” y el último ¡¡hurra!! de Ferrari.
También recuerdo con nostalgia aquel GP de Brasil de 2008 en el que Felipe Massa, bajo un diluvio demencial, llegó a sentirse campeón durante los breves instantes en los que Lewis Hamilton, el depredador, surgió inesperadamente de la bruma, superando a Timo Glock en la última curva, para ganar su primera corona y matar las esperanzas de un nuevo campeón brasilero.
¿En qué pensaría Fernando Alonso, embarrancado en la Q1 del sábado, tomando ese “sol de la tranquilidad” con el que se acerca a su ocaso?
Lejos, ha quedado ya aquel GP de Brasil de 2005 en el que se consagraba como el mejor piloto español de todos los tiempos, aquel ¡toma, toma, toma! salvaje con el que ajustaba cuentas, solo él sabía con quién.
Nostalgia inevitable la suya y la de Jenson Button, dos campeones convertidos en gregarios, por obra y gracia de un proyecto ambicioso que se está cayendo a pedazos.
¿Qué podía pensar Button, mientras era doblado por las “Flechas de plata” en este GP de Brasil de 2015?
También Jenson añoraba aquel GP de Brasil en el que, pilotando aquella combinación de tecnología y astucia que fuera el Brawn de la temporada 2009, confirmaba su calidad de verdadero campeón (discutida hasta entonces).
Si algo queda por resaltar, en esta “no crónica” del GP de Brasil de 2015, es la nostalgia de recordar aquellas apuradas de Ayrton Senna a final de recta, hasta convertir las primeras curvas de Interlagos en “las ESES de Senna”.
También de aquellos adelantamientos salvajes de Juan Pablo Montoya a Michael Schumacher o del propio “Káiser” a Kimi Räikkönen en GP de Brasil de 2006.
En esta ocasión, ha sido Max Verstappen (Toro Rosso), ese adolescente sin complejos y sin piedad, el que ha traído aquellos recuerdos a nuestra memoria. Poco importa que fueran muy pocos los puntos en discordia, primero a Romain Grosjean (Lotus) y a Sergio Pérez (Force India) y, posteriormente, casi acabando el GP, a Felipe Nasr (Sauber) y a Pastor Maldonado (Lotus), el holandés ha escrito con su Toro Rosso todo un tratado de valentía, haciendo honor al tiempo pasado y reviviendo la esperanza de que no todo está perdido.
Con Nico Rosberg (Mercedes), Lewis Hamilton (Mercedes) y Sebastian Vettel (Ferrari) sobre una de las ceremonias de podio más tristes y apagadas que recuerdo (en duelo por los recientes atentados de París), no puedo evitar un último ramalazo de nostalgia por aquellos tiempos en que los verdes laureles de la Victoria cubrían las sienes y los hombros de sus héroes.
Lo llamo y lo vivo, como “nostalgia brasilera”.
CLASIFICACIÓN FINAL GP DE BRASIL 2015
1º Nico Rosberg (Mercedes), 71 vueltas en 1 h 31 m 09,0 s
2º Lewis Hamilton (Mercedes), a 7,7 s
3º Sebastian Vettel (Ferrari), a 14,2 s
4º Kimi Räikkönen (Ferrari), a 47,5 s
5º Valtteri Bottas (Williams-Mercedes), a 1 vuelta
6º Nico Hulkenberg (Force India-Mercedes), a 1 vuelta
7º Daniil Kvyat (Red Bull-Renault), a 1 vuelta
8º Felipe Massa (Williams-Mercedes), a 1 vuelta
9º Romain Grosjean (Lotus-Mercedes), a 1 vuelta
10º Max Verstappen (Toro Rosso-Renault), a 1 vuelta