Los Reyes Magos van en Ford Mustang
Los Reyes Magos de Oriente han dejado “aparcados” sus viejunos camellos para tomar las riendas de tres rapidísimos Ford Mustang 5.0 GT V8 que albergan una cuadra de 421 caballos cada uno.
Lo han hecho unos días antes de tiempo, con el fin de acercarse hasta la sede de la Fundación Bobath y entregar allí sus regalos a todos los niños con parálisis cerebral y escasos recursos económicos que reciben atenciones en el centro.
El reparto de juguetes y golosinas realizado por SS.MM. los Reyes Magos y sus veinte pajes (todos ellos trabajadores de la compañía) ha sido una más de las actividades de voluntariado y “RSE” (“Responsabilidad Social Empresarial”) de Ford España, una de las marcas más implicadas con el bienestar de las personas y la ayuda a los más necesitados.
Su programa de colaboración a lo largo del año abarca numerosas acciones en las cuales las sonrisas, la ilusión y los regalos están también apoyadas por destacables aportaciones económicas que tratan de ayudar a un buen número de organizaciones y fundaciones que trabajan cada día por ayudar a niños, ancianos, enfermos y personas necesitadas de todo tipo.
Una de ellas es la celebración anual de las 24 Horas Ford, una carrera de resistencia con carácter solidario que ha repartido ya 1,4 millones de euros en premios entre las más de 80 organizaciones que han participado a lo largo de las doce ediciones realizadas.
Hace tan solo unos días, la fábrica de Ford en Almusafes (Valencia) establecía también una nueva línea de producción muy especial. Los coches habituales daban paso a la fabricación de pequeños modelos a escala y juguetes de los principales modelos de Ford, para repartir entre organizaciones dedicadas a la ayuda de los niños en todo el mundo.
Sin duda alguna, en estas fechas navideñas en donde los actos sociales y las buenas obras están a la orden del día, da gusto poder hablar de empresas como Ford, que se ocupan de las personas a lo largo de todo el año.
domingo, 27 diciembre 2015 a las 9:52
Una empresa capaz de emplear parte de sus recursos en beneficio social de los más débiles está haciendo la mejor inversión de futuro. Aquella que no se mide en unidades vendidas, que también, sino aquella que emociona y deja un poso de solidaridad y gratitud hacia ella en el ánimo del consumidor.
Ahora que los avances tecnológicos «amenazan» al conductor con un futuro de automóviles «autómatas», escasos de adrenalina al quitarle precisamente eso, la emoción de conducir, harán bien los fabricantes en volcarse en esta clase de acciones, sincera y verdaderamente respetuosas (sin trampas) con el medio ambiente y solidarias en la pelea por conseguir un futuro mejor para quienes más lo necesitan. ¡¡Feliz Año Nuevo a todos!!